Oviedo, P. R.

Emilio Marcos Vallaure concluyó ayer «emocionado» una etapa de 31 años en el Museo de Bellas Artes de Asturias, los últimos ocho, al frente de la institución. Como consejero de Cultura en funciones del Gobierno de Foro, presidió la primera reunión del patronato elegido tras las últimas elecciones, nombrado el pasado diciembre, que aceptó su dimisión y reconoció su trabajo en la institución. «Quiero subrayar la unanimidad del patronato en agradecer a Emilio Marcos la labor desarrollada en el museo», afirmó el vicepresidente del órgano y concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo, Jorge Menéndez Vallina.

El patronato volverá a celebrar una nueva reunión el próximo día 13, en la que decidirá sobre la convocatoria de un concurso público para cubrir la plaza de director dejada ayer por el Consejero y sobre las posibilidades presupuestarias para continuar las obras de ampliación, una de las cosas que más preocupan. Los trabajos, según Emilio Marcos, llevan un retraso de meses, primero por el hallazgo de los restos arqueológicos y después por la falta de financiación y la prórroga presupuestaria. «Creo que hay posibilidades administrativas de encontrar una solución que aminore el perjuicio que la prórroga presupuestaria puede causar en la ampliación», destacó.

«Con un Gobierno en funciones», subrayó, «sólo nos dará tiempo a iniciar el proceso de selección de nuevo director, pero no tomaremos ninguna decisión que hipoteque al que surja de las urnas cuando los asturianos vuelvan a pronunciarse el próximo 25 de marzo».

Casi treinta y dos años después de su inauguración en el palacio de Velarde, el Museo de Bellas Artes «tiene una colección de primera y una organización de tercera», explicó Marcos Vallaure. El hasta ayer director de la institución se va sin haber podido dejar resueltos dos de los asuntos por los que ha batallado en los últimos años: la contratación de personal -la situación es «catastrófica», dijo- y la modificación del marco jurídico y administrativo.

Vallaure situó el «punto de inflexión» del museo en el año 1995, cuando se incorporó la colección de Pedro Masaveu. «Entonces no hubo voluntad política de abordar los problemas, y éstos se acentuaron con la incorporación del museo al convenio único del Principado. Finalmente, todo se agravó con la ampliación y el retraso», añadió.

El convenio único permite, por ejemplo, que cualquier funcionario pueda acceder a los diferentes puestos de trabajo del museo siempre que su perfil se ajuste a las exigencias que estime el Principado y sin necesidad de tener conocimientos relacionados con las tareas propias de un museo. Esto se agrava en el caso de las plazas de técnicos, bien sean conservadores de pintura o restauradores. Basta con tener un título superior para acceder a ellas, y no se necesita ningún conocimiento especial en arte o museología. Además, el director de la institución, si no es funcionario -y eso suele ser lo habitual-, no puede formar parte del tribunal de selección.

Hasta el año 2003 el Museo contaba con dos conservadores: José Antonio Fernández Castañón, anterior director y técnico en arte contemporáneo, y el ya citado Emilio Marcos Vallaure, especialista en arte antiguo y artes industriales. La primera plaza no se cubrió desde la marcha Fernández Castañón. La de Marcos Vallaure queda ahora vacante. Como recordó el ex director, el museo cuenta con un equipo de restauración, una plaza pedagógica y una «magnífica» biblioteca, además de las colecciones de pintura, escultura, fotografía, grabado y artes industriales.

Por otra parte, el Museo de Bellas Artes de Asturias no tiene desde hace dos años presupuesto para adquisiciones. Según Marcos Vallaure, entre los años 2005 y 2009 el dinero destinado a esta partida se fue reduciendo año a año para poder acometer las obras de ampliación, pero en los dos últimos años ya no contaba con partidas de inversión. Esta situación, expuso Marcos Vallaure, obligó hace unos meses a habilitar una cantidad extraordinaria de 13.000 euros para adquirir un cuadro sobre la cueva de Covadonga de Martín Rico, del año 1856, «la segunda gran visión de Covadonga», que será presentado próximamente y probablemente se preste al Museo del Prado para una exposición.

Marcos Vallaure lanzó un mensaje a las instituciones «que nos amparan» para que olviden «viejos desencuentros» y se impliquen «para tener un museo a la altura del siglo XXI». Finalmente, agradeció a todos los miembros del patronato el respaldo a su tarea.

«El grado de implicación del Ayuntamiento en el proyecto es total, somos conscientes de que tenemos uno de los museos más importantes de España», señaló Jorge Menéndez Vallina.

Constituido por la Consejería de Cultura y el Ayuntamiento de Oviedo, el Centro Regional de Bellas Artes está gestionado por el Gobierno regional.