Gijonés, director del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander

Gijón, M. S. MARQUÉS

Salvador Carretero Rebés (Gijón, 1959) dirige desde hace 21 años el rumbo y la transformación del Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander, un centro que desde su llegada ha afrontado una profunda reforma tanto en aspectos relacionados con el propio inmueble como en la línea artística e investigadora. Carretero puso en marcha un ambicioso programa de actividades con las que ha conseguido duplicar los fondos de la colección y atraer a sus salas artistas y proyectos de distintos ámbitos geográficos y tendencias artísticas.

-¿Cómo llega al Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria (MAS) un joven licenciado gijonés?

-Al MAS llego en 1990 al presentarme al concurso-oposición libre que convocó el Ayuntamiento de Santander para cubrir dicha plaza, después de finalizar mis estudios de Historia del Arte en Valladolid y desarrollar diversos trabajos (fundar y dirigir una revista, comisariar distintas exposiciones, publicar artículos y algún libro tras diversas labores de investigación, etc.).

-Lleva más de veinte años dirigiendo este museo. ¿Cuáles cree que han sido sus aportaciones más relevantes?

-Sin duda, la poderosa evolución sostenible del MAS a todos los niveles. Era un pequeño museo periférico totalmente abandonado, caduco, antiguo y rancio, sin rumbo y sin ningún interés. La evolución en todos sus aspectos se ha realizado paso a paso desde la sobriedad y el realismo -es fácil trabajar con generosos presupuestos, lo difícil es hacerlo con pocos medios-. «La travesía», como se denomina la exposición de la colección permanente, ha visto más que duplicada la colección artística de arte moderno y contemporáneo nacional e internacional, que en la actualidad llega a las 1.800 obras. Hemos realizado la rehabilitación total del edificio sin cerrar sus instalaciones, multiplicado las exposiciones y actividades, y otras labores científicas y de conservación y restauración.

-Venda su museo. ¿Por qué cree que debe visitarse?

-Porque es sencillamente diferente al resto. No digo ni mejor ni peor, es diferente en cuanto a la exhibición de su colección permanente visitable en dos plantas con una narrativa de amplia interpretación, con una estudiada transversalidad de disciplinas y géneros. Hay que destacar que se han hecho más de doscientas exposiciones temporales de arte moderno y contemporáneo y otras actividades siempre ligadas al conocimiento y a la investigación, procurando a su vez divertir y hacer disfrutar.

-En el caso del MAS ha sido una evolución en toda regla.

-Puesto que la realidad es plural y compleja, como plural y compleja es la cultura, en nuestro caso consideramos que es fundamental saber evolucionar, desde el conocimiento y la observación, sin que prevalezca lo circunstancial, evitando o huyendo de lo recurrente, lo nostálgico, lo anacrónico y lo antiguo. Todavía hay quien sigue pensando sobre registros, por ejemplo, del siglo XX y aún más atrás. Ha de prevalecer la constante evolución fundamentada en el conocimiento, y generar que cada persona pueda cultivarse. Por eso sugiero la visita al MAS, porque no deja indiferente a nadie de acuerdo a su versatilidad y al carácter poliédrico.

-¿Qué se encontrará el visitante que acuda estos días al museo?

-Entre otras cosas, una exposición dedicada a la condición femenina (parte de ella reivindicativa, referente a la situación de la mujer en Ciudad Juárez) a través de dos obras de Duchamp: «El gran vidrio» y «Etant donné», ambas en el Museo de Philadelphia.

-¿Asturias tiene alguna representación en sus colecciones?

Sí, siempre hay artistas asturianos, consecuencia de su talento. Por ejemplo, destaco ahora la presencia de un díptico videocreativo de Adrián Cuervo, que expuso hace dos años en nuestro Espacio MeBAS, ámbito especial y específico de ensayo e investigación de arte moderno y contemporáneo, ubicado en una sala-instalación reivindicativa en defensa del Amazonas, junto a piezas de Köch, Huber, Uslé, Stubbing, Torres, Gruber, Baldeweg, Leal, Quirós, Jaar, Riancho, Iacobelli, Shultz, etc. También hemos trabajado con Fernando Gutiérrez en el proyecto de arte contemporáneo internacional denominado El Puente de la Visión, un referente expositivo del MAS.

-¿Qué opinión tiene del Museo de Bellas Artes de Asturias?

-Posee una muy gran colección. Se trata, sin duda, de uno de los mejores museos de Bellas Artes periféricos del país. Su expansión y ampliación es imprescindible y sé que está costando muchísimo esfuerzo y trabajo. Pero, sobre todo, tiene muchas posibilidades de desarrollar un proyecto museográfico de presente-futuro diferente y de referencia, relevante, sin hipotecar su esencia, o, más aún, haciéndola brillar.

-En las próximas semanas se abrirá el proceso para nombrar nuevo director, ¿qué sugeriría?

-Sencillamente, que sea un proceso limpio, acogido en las buenas prácticas. Que la decisión sea la correcta y que dicha decisión se lleve a cabo deontológicamente bien, que se elija a una persona con conocimiento, con experiencia y con un bagaje científico, previa presentación de un proyecto museográfico serio y riguroso. También es deseable que esa persona pueda trabajar con plena libertad, sin injerencias de ningún tipo, oyendo las opiniones, pero tomando las decisiones oportunas de acuerdo a sus valoraciones, y que tenga un mínimo presupuesto para llevar a cabo su proyecto museográfico.

-Después de más de veinte años en Santander, ¿le gustaría volver a Asturias?

-Siempre estoy en Asturias. Profesionalmente, dependería del proyecto a desarrollar, pero me encantaría, ¿por qué no?

-Como gijonés, profesional del arte moderno y contemporáneo, ¿qué cree que le falta al Centro de Arte de Laboral?

-Tiene un nuevo director desde hace bien poco. Hemos de darle tiempo, y estoy completamente seguro de que sabrá dar con las claves en pos de los objetivos propuestos y perseguidos.

-El Centro Niemeyer ha sido la polémica cultural de los últimos meses. ¿Cuál es su visión del centro?

-Desconozco las tripas del problema. Habría que preguntarse antes si tamaño y magnífico proyecto arquitectónico es proporcional y sostenible; si se tenía que haber llevado a cabo. Lo «fácil» ha sido construirlo -siendo un lujo-, y lo difícil y caro radica en su mantenimiento y explotación razonable, coherente, con conocimiento. En todo caso, la relación entre los políticos y los profesionales ha de ser siempre de mutuo respeto: ellos tienen su gran responsabilidad, tú tienes la tuya y las dos partes han de entenderse en sano encuentro. No olvidemos que la institución es un servicio público con la prioridad de su hipoteca social.

-De los museos de Gijón tiene algún favorito. ¿Por qué?

-Todos me gustan. Todos tienen su encanto y los visito con frecuencia.

-¿Está satisfecho con el número de visitantes que pasan por el MAS?

-La media de estos veinte años ha estado entorno a las 52.000 entradas anuales. Según las reglas, un museo es rentable si es visitado al año por un número similar al 25 por ciento de la población donde está situado. Es una rentabilidad relativa pero son los parámetros que se utilizan. Somos un centro con un presupuesto muy sobrio.

-¿Cómo se consigue realizar una actividad variada con un bajo presupuesto?

-Trabajando y teniendo conocimientos y un equipo fantástico. Somos cinco personas más los vigilantes y las limpiadoras. Tenemos un convenio con la universidad que nos permite contar con gente joven en prácticas de forma constante, lo que también supone una ayuda.