Bajo el lema «Salud, derecho de todos. ¡Actúa!», en el salón de actos de la basílica del Sagrado Corazón se presentó la campaña de Manos Unidas para el presente año. La presidenta de esta entidad en Asturias, María Elvira García Castañedo, puso de manifiesto su satisfacción por las realizaciones llevadas a cabo, que superaron en mucho las expectativas iniciales, e incluso hubo un pequeño superávit para añadir al siguiente presupuesto. Manos Unidas de España logró reunir 1.300.000 euros para financiar los objetivos de 2011, y, sorpresivamente, para este 2012, pese a las dificultades económicas que vive el país, se han logrado recaudar 1.505.000 euros, destinados a salir al paso de las enfermedades más lacerantes que sufren los países menos desarrollados, como son la malaria, el sida y la tuberculosis.

Loli Rionda dio una detallada explicación de los proyectos que se realizarán en esta 53.ª campaña de Manos Unidas. Todos ellos enfocados hacia la consecución de hospitales, clínicas, maternidades, compra y distribución de medicinas y diversos planes preventivos, como puede ser el establecimiento de traídas de agua, ya que la higiene es el primer paso para mantener una buena salud. Lamentablemente, los grandes avances de la medicina y sus fármacos no alcanzan por igual a todo el planeta, sino que se mantienen las grandes depresiones de desnutrición, miseria y hacinamiento. «Compromete su tiempo; la salud es un derecho de todos», es un eslogan de Manos Unidas. A su vez, Rabindranath Tagore decía: «Llevo en mi corazón algo agobiante, es el peso de las riquezas que no he dado a los demás». Riquezas que abarcan otros conceptos que exceden del dinero, como pueden ser el tiempo o la cultura. Respecto al sida, en la actualidad lo sufren 33 millones de personas, 22 están en el África subsahariana, y la mayor parte de sus afectados son mujeres. Manos Unidas lucha por su prevención. La malaria se sigue investigando con la inestimable ayuda de Bill Gates, pero aún no se ha logrado una vacuna y las muertes se suceden. Y la tuberculosis ha vuelto sin que se pueda acceder a los medios para combatirla.

Rolando Ruiz Durán, un misionero javeriano natural de México, que ha vivido veinte años en Chad, hizo una elocuente exposición de cómo son las condiciones de vida de esta antigua colonia francesa, independizada en 1961. Con una superficie algo mayor que el doble de España y una población que se acerca a los 15 millones de habitantes, Chad es el quinto país más pobre de la tierra. Dos terceras partes de su territorio se integran en el desierto de Sahara y en la franja sur se concentra la población. La mayor parte de ésta carece de luz y agua. Desde la capital, Yamena, hasta el lugar de la misión del padre Ruiz hay 400 kilómetros llanos por los que no ruedan automóviles; tener una bicicleta es el mayor de los lujos. La media de vida es de 45 años, muchos niños mueren de paludismo, un mal que puede curarse con un euro.

Las imágenes expuestas por este misionero eran conmovedoras sin ser amargas; niños felices en una escuela hecha de paja, sin sillas, sin libros, sin un solo lápiz. Se alimentan de mijo, «un cereal que en México consumen las vacas», y algo de arroz si llueve en abundancia. «Nuestro medio de supervivencia son las ONG, y dentro de éstas, la principal, Manos Unidas, nuestras manos».