Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

Cuando faltan poco más de cuatro semanas para las elecciones autonómicas del próximo 25 de marzo, el consejero de Sanidad, José María Navia-Osorio, y el gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Juan Azcona, visitaron ayer la sede del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) y departieron con los responsables de la organización sindical.

Este encuentro sirvió, de alguna manera, para restañar las heridas provocadas por las recientes críticas del SIMPA a la pretensión de la Administración autonómica de extender el modelo de gestión clínica a más centros de salud de Asturias. Se trata de la única discrepancia entre el sindicato y el Gobierno regional que ha trascendido en estos siete meses de Foro Asturias en el Ejecutivo del Principado.

Tras la reunión, tanto los dirigentes del SIMPA como los de la Consejería de Sanidad coincidieron en consignar su satisfacción por los resultados de la misma. «Se desarrolló en términos de cordialidad y de colaboración», se limitaron a señalar fuentes de la Consejería de Sanidad. Antonio Matador, secretario general del SIMPA, precisó que los responsables de la Consejería «nos presentaron su balance de estos meses de gestión, y desde este punto de vista nos parece que hubo una cierta intención preelectoral, aunque la campaña para las elecciones todavía no ha comenzado oficialmente». Matador prefirió mantener el calificativo «preelectoral» y no «electoralista».

Entre ambos interlocutores se produjo una discrepancia relativa a la repercusión y la difusión del encuentro. Mientras la Consejería de Sanidad lo había incluido en la agenda oficial que el Gobierno de Francisco Álvarez-Cascos remite cada día a los medios de comunicación, los responsables del SIMPA prohibieron el acceso de los informadores gráficos que pretendían tomar imágenes de la reunión a su sede. En consecuencia, todo lo que pudieron hacer los fotógrafos fue recoger a Navia-Osorio en la puerta de entrada.

Una imagen que tiene su carga de significación, pues el actual titular de Sanidad fue secretario de la sección de hospitales del SIMPA entre 1992 y 1996, circunstancia que algunos conocedores del sector sanitario han relacionado con la escasa combatividad mostrada -al menos de puertas afuera- por el sindicato en lo que va de legislatura, en contraste con el tono de la actividad del SIMPA a lo largo de la legislatura 2007-2011.

«En la pasada campaña electoral tuvimos entrevistas con todos los partidos, y en ésta esperamos hacer lo mismo después de haber empezado con Foro», indicó Antonio Matador. El secretario general del SIMPA enumeró los asuntos que los dirigentes de la Consejería pusieron sobre la mesa en el encuentro de ayer: evolución de las listas de espera, déficit de 317 millones heredado del Ejecutivo de Areces, puesta en marcha del programa de atención precoz al infarto «Código corazón» -«importantísimo para Asturias», a juicio del SIMPA-, desarrollo de las unidades de gestión clínica...

Acerca de este último asunto, el Sindicato Médico valora como positivo el hecho de que la gerencia del Sespa haya recuperado las competencias en la creación y la cobertura de cargos de las mencionadas unidades. «Lo que no puede ser es que se nombren responsables a capricho del gerente de turno para colocar a un enchufado», señaló Matador. «Las jefaturas de las unidades de gestión clínica deberían ser decididas por un tribunal puro y duro», subrayó el dirigente sindical. El SIMPA pretende, asimismo, «negociar el marco legal de las unidades de gestión». «Quedamos en hablar largo y tendido», apostilló Matador.

También salió a colación la situación económica de la sanidad. «Estamos preocupados por lo que vemos en otras comunidades autónomas», admitió el dirigente sindical, quien añadió que el SIMPA estaba «satisfecho» con el presupuesto de Sanidad para 2012 rechazado por la oposición. Según Matador, la respuesta de Navia-Osorio y Azcona fue que «no van a hacer recortes, aunque la prórroga va a provocar algún aprieto».