Marina Bollaín, junto a Vanessa Montfort, ha adaptado «La Regenta» de Clarín a este tiempo, todo un reto pasar una novela del XIX a teatro del XXI, precisa Bollaín, hermana de la cineasta. La obra está ambientada en «la aldea global» y es una producción de «Come y Calla» y los Teatros del Canal de Madrid, cuyo director es Albert Boadella. Marina Bollaín, que hace tres años dirigió la gala de los premios líricos de Oviedo, sitúa la obra y explica a LA NUEVA ESPAÑA el objetivo de transportar el mundo de la Vetusta de Clarín a la actualidad, con los programas de cotilleo de televisión y todos sus chismes de fondo. «Una novela fabulosa que retrata un mundo cotidiano que ahora es muy global», matiza la directora de esta adaptación de la obra de Leopoldo Alas Clarín. El 23 marzo se representará en Avilés esta «Regenta» de Bollaín y Montfort, y el 24, en Gijón.

-Una «Regenta» de teatro y en versión moderna. ¿Complejo?

-Es una novela fabulosa y es un reto pasar una novela a teatro. Es una novela sobre una mujer de una época, y a mí siempre me gusta plantearme qué queda. Me parece muy interesante, y me parece que quedan muchas cosas, otras se han perdido, pero muchas se mantienen.

-¿Son épocas parecidas?

-Hay un mundo de habladurías y del qué dirán muy presente entonces en un entorno provinciano. Hoy, trasladando en el tiempo, está muy presente en el mundo del corazón. Ese mundo cotidiano ahora es un mundo global.

-¿Cómo es su «Regenta», qué queda de la Ana Ozores de Clarín y los demás personajes?

-Quedan cosas. Hemos trasladado a una mujer joven que se casa joven y con alguien mayor que ella para que la proteja. Parece que eso en la actualidad está lejos, pero puede suceder. Y vive atrapada. Aunque en el caso de «La Regenta» no existían los medios de comunicación actuales.

-¿Resulta complicado poner al día ese personaje?

-Trabajé con Montfor esta adaptación y nos lo hemos tomado muy en serio. Con libertades pero manteniendo lo sustancial en esta «Regenta» actualizada. Hemos renunciado a la Iglesia. Hemos reducido la historia a siete personajes. Se describe una relación de una persona con mucha influencia. A Fermín de Pas (el magistral) lo hemos convertido en un psicólogo. Es mediático. Con influencia. Hace terapia a la «jet set» y vende libros en cinco idiomas. Igualmente, es un tipo poderoso. Ana Ozores se abre a De Pas y se obsesiona con sus libros.

-O sea, que el magistral pegaría bien en un programa del corazón, ¿si De Pas es psicólogo, qué es el Álvaro Mesía de su adaptación?

-Mesía es un galán que la ronda, pero lo hemos convertido en actor en decadencia. Es amigo de Visitación (amiga de Ana Ozores) y se hace muy amigo de Quintanar, que es un político.

-¿En su obra es político de derechas o de izquierdas?

-No está definido si es de derechas o de izquierdas, pero yo creo que es progresista.

-¿Hay mas cambios?

-Paula en esta obra es la mujer de Fermín de Pas. Hemos hecho una mujer dominante, mandona, que hace equipo. Son marido y mujer.

-¿ Y se desarrolla en Vetusta?

-No está ubicada en Oviedo. Podría ser una gran ciudad. En su momento fue interesante retratar Oviedo. Entonces era muy «heavy» hacerlo, pero ahora Petra, la criada, es una entrevistadora de televisión. La obra es en realidad un programa de televisión en el que despellejan a Ana Ozores. Por el plató van todos: Visitación, Mesía... y se van dando saltos en el tiempo. Son momentos de «La Regenta» actualizada, pero, vamos, que es la novela en estos tiempos, claro

-¿Es usted muy de la obra de Clarín...?

-Me he pegado un estudio de «La Regenta» total. Me lo he leído todo. Ése es un trabajo muy serio.

-¿Tiene reparo por lo que digan los puristas?

-No. Estoy convencida de que hay que hacer estas cosas, de que hay que hacer estas actualizaciones. Todas las novelas que perduran en el tiempo lo hacen por su universalidad. No decaen. Transcienden. De Pas era un maltratador y había una mujer con problemas psicológicos.