Oviedo, P. R.

El nuevo Museo de Bellas Artes de Asturias que surja de la ampliación tendrá dos entradas, la de la plaza de la Catedral/esquina Rúa y la actual del Palacio de Velarde. Asimismo, el nuevo edificio y el viejo estarán unidos con cuatro conexiones, proyectadas entre éste y el denominado de servicios, en el que se acometerá la segunda fase de los trabajos, ubicado en la calle Santa Ana. El presupuesto de las dos fases ronda los 20 millones de euros, pero la ejecución de los trabajos está pendiente de que la Junta General apruebe la ley de endeudamiento. De lo contrario, las obras deberán paralizarse, según el consejero de Cultura, cuando ya llevan, añadió, un retraso de veinte meses.

Emilio Marcos Vallaure, ex director de la institución y en la actualidad presidente del patronato, mostró ayer el estado de los trabajos a los medios de comunicación. Lo hizo acompañado, entre otros, del concejal de Cultura del Ayuntamiento de Oviedo y vicepresidente del patronato, Jorge Menéndez Vallina. Ambas instituciones comparten la gestión del museo. «Si habitualmente suelo destacar la importancia que tiene que las instituciones locales amparen a las culturales, en este caso más. El museo es un recurso cultural de Asturias y de Oviedo importantísimo, como ha subrayado recientemente el Alcalde y, aunque las relaciones no siempre han sido fáciles, hay que dejar al museo fuera de toda polémica», afirmó el Consejero. Y añadió que el museo es la única institución ovetense en la que ondean las tres banderas: la municipal, la regional y la española.

Construido según el proyecto del arquitecto navarro Patxi Mangado, en los últimos meses se ha incorporado al equipo técnico el diseñador catalán Enric Franch. Con ellos, Marcos Vallaure trabaja en el diseño de espacios, una vez que se ha decidido que el nuevo edificio albergará el arte del siglo XX y el de servicios y el Velarde, la pintura antigua, desde el XIV al XIX. La Casa de los Oviedo-Portal acogerá despachos administrativos y de servicios.

El museo dispondrá, en total, de unos 5.000 metros cuadrados útiles. Uno de los aspectos que más sorprende del interior del nuevo edificio es el espacio y las tres capas de la fachada, una de ellas, la intermedia, de material reflectante, que añadirá singularidad al frente, de carácter historicista.

El nuevo edificio tiene cinco plantas: dos bajo sótano (se han excavado 12 metros en roca). En la -2 se ubicarán los almacenes -«por primera vez tendremos un almacenaje correcto», afirmó Marcos Vallaure- y se hará la carga y descarga de obras en comunicación con idéntica planta del denominado edificio de servicios; en la -1 se habilitarán salas de exposiciones; la planta baja, la primera y la segunda albergarán la exposición de obras y la tercera se destinará a mantenimiento.

Las obras permitirán mover y trasladar los cuadros de gran formato, sobre todo los contemporáneos, alrededor de cincuenta.

Según Enrique Escudero, arquitecto de la Consejería de Cultura, si todo va bien, la primera fase finalizará el próximo mes de junio y la segunda el próximo año. La obra está siendo ejecutada por la empresa de titularidad pública Sedes.