Oviedo, M. S. MARQUÉS

Saber cuál fue la causa de la extinción de los neandertales es una de las grandes preguntas de la paleontología. Un nuevo estudio de científicos españoles y suecos afianza una de las explicaciones ya avanzada por los investigadores de la cueva del Sidrón: un cuello de botella demográfico que hace 50.000 años estuvo a punto de provocar su desaparición dejó muy mermada la variabilidad genética de la especie, un factor que se presenta cada vez más decisivo para su final.

La extinción de los neandertales sigue siendo un enigma, aunque los estudios genéticos realizados con materiales procedentes de distintos yacimientos, entre ellos los exhumados en la cueva del Sidrón (Piloña), están contribuyendo a esclarecer uno de los grandes enigmas de la historia de la evolución humana.

Un trabajo publicado en la revista «Science» en 2009 con los resultados obtenidos tras analizar fósiles de seis individuos de distintos yacimientos europeos, uno de ellos del Sidrón, conseguía por primera vez dar respaldo científico a una de las teorías esgrimidas para explicar la desaparición de la especie.

A partir del estudio del ADN se observó que en algún momento de la existencia neandertal hay que hablar de una «Eva mitocondrial neandertal». A esta conclusión lleva el hecho de que todos los fósiles examinados, situados en un arco cronológico entre 70.000 y 38.000 años, proceden genéticamente de la misma mujer, lo que indica que la especie atravesó un episodio que puso al límite su supervivencia.

Para explicarlo hay que remontarse a 110.000 años atrás, cuando se produce en Europa un cuello de botella demográfico debido a cuestiones climáticas o adaptativas y la población neandertal queda muy reducida, pero consigue salir adelante a partir de la descendencia de una de las mujeres que sobrevivió, la citada «Eva neandertal».

Tal vez ésa fue la primera crisis que tuvo que afrontar la especie, pero no sería la última. Antonio Rosas, paleoantropólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y uno de los responsables de los estudios del Sidrón, sitúa el momento de la extinción entre hace 60.000 y 23.000 años, un período muy inestable climáticamente que va a suponer la extinción de un buen número de especies animales. «Se produce una clara tendencia al enfriamiento, con etapas muy frías, lo que impulsa a los neandertales a retirarse hacia el sur, como indica el hecho de que los últimos miembros de la especie hayan sobrevivido varios miles de años en el sur de la península Ibérica hasta su extinción». En resumen, sean cuales fueran las causas de su desaparición, los expertos están convencidos de que aquí murió el último neandertal.

A los factores climáticos, protagonizados por la alternancia de glaciaciones y etapas templadas, los expertos suman el aislamiento de las poblaciones, con lo que supone de recorte de la variabilidad genética, para acercarse a la causa de la extinción. Carles Lalueza-Fox, encargado de los estudios genéticos del Sidrón, sostiene que «los neandertales formaban pequeños grupos muy móviles con una baja densidad demográfica, lo que pudo haber perjudicado notablemente la estrategia reproductiva, con consecuencias irreversibles en la supervivencia de la especie».

Ahora, un reciente estudio refuerza la tesis avanzada por los investigadores del Sidrón al apuntar que los neandertales llegaron casi a la extinción hace unos 50.000 años en la mayor parte de Europa. También coinciden en que el pequeño grupo que sobrevivió tenía muy poca variabilidad genética, lo que los responsables del estudio formado por científicos suecos y españoles entienden como un indicador crucial de la fragilidad de la especie.

El estudio del Centro de Evolución y Comportamiento Humanos dirigido por Juan Luis Arsuaga, que realizó la investigación junto con sus colegas del Museo Sueco de Historia Natural y de la Universidad de Uppsala, abunda en las conclusiones alcanzadas con anterioridad a partir de fósiles del Sidrón, y viene a explicar que «las poblaciones neandertales de Europa casi se extinguieron, para luego recuperarse, lo que sucedió mucho antes de que la especie tuviera contacto con los humanos modernos».

El estudio publicado en la revista «Molecular Biology and Evolution» se realizó a partir de los fósiles de 13 individuos, y muestra que la variabilidad genética de los individuos que cuentan con más de 50.000 años es muy superior a la de los más próximos, lo que deja claro que la pérdida de variabilidad genética tiene bastante que ver con la extinción.

Con estos datos, los científicos sostienen que la especie casi llega a desaparecer hace 50.000 años y que la población residual se extendió por Europa. También coinciden con los investigadores del Sidrón en las pocas posibilidades de pervivencia que tiene un linaje con poca variabilidad genética, siempre más expuesto a enfermedades y con más dificultades de adaptación.

Como publicó Antonio Rosas en el libro «¿Qué sabemos de los neandertales?», a día de hoy no hay una única respuesta válida para explicar su final, incluso persisten dos modelos, el de los que piensan que se extinguieron por una causa principal y los que se refieren a una conjunción de factores. Entre las distintas hipótesis barajadas hay que añadir a las anteriormente citadas las que se centran en la competencia de los humanos modernos, o en las enfermedades traídas desde África por el «Homo sapiens» hace 60.000 a un continente europeo que llevaba más de un millón de años habitado por los neandertales.