Guía responsable de la cueva de El Pindal (Ribadedeva)

Oviedo, M. S. MARQUÉS

Pocas personas pueden hablar de la cueva de El Pindal (Ribadedeva) con el conocimiento que lo hace María González-Pumariega, la guía responsable de la cavidad que se asoma al Cantábrico desde las proximidades de Pimiango. Pumariega, autora del libro «La cueva de El Pindal 1911-2011», ofrece a continuación su visión del mundo de la Prehistoria en Asturias.

-¿El aislamiento geográfico de la cueva de El Pindal es un inconveniente o un escudo protector?

-No es ningún inconveniente, la benefició y la sigue beneficiando. Ese aislamiento creo que es bueno para todo.

-Pero es menos conocida que otras cuevas.

-Pero no creo que eso sea sólo por el aislamiento. También tienen mucho que ver los programas de los ayuntamientos, y en el de Ribadedeva pesa más lo indiano que la cueva, hacen hincapié en una parte de tu patrimonio que en este caso no ha sido la cueva de El Pindal.

-¿Se le podría sacar más partido con beneficio para el municipio?

-Hoy la gente se mueve muchísimo. Aquí han venido visitantes para ver El Pindal que después iban a ver el nacimiento del Ebro. Creo que hay muchísimo movimiento, pero no sé si es gente que viene exclusivamente a Colombres. Quizá en invierno sí, pero en verano la gente se mueve muchísimo.

-¿Tiene sentido que la cueva esté abierta todo el año cuando habrá días de invierno que no pase nadie?

-Como ocurre con cualquier equipamiento. Entiendo que si El Buxu y El Pindal se abren todo el año es para dar una oferta paleolítica cultural. Además hay que tener en cuenta que los colegios están muy presentes en primavera y en otoño.

-¿Qué calificación daría a El Pindal en relación a otras cuevas asturianas?

-Si damos un sobresaliente a Llonín, a Tito Bustillo y a Candamo por la cantidad y la calidad de su pintura, El Pindal se llevaría un claro notable.

-¿Qué es lo más destacable?

-Aunque no tiene mucha pintura, lo que ofrece es significativo en el ámbito de lo que se pinta en el Cantábrico y muy significativo cronológicamente. Es una cueva que tiene muchas relaciones con Francia, se publica casi más en artículos franceses que en España. Tiene signos muy similares a los franceses y una organización de las pinturas muy parecida a lo que se considera franco-cantábrico.

-¿Desde cuándo trabaja en El Pindal?

-En octubre hará trece años.

-Un poco antes de que comenzarán las excavaciones en el Sidrón, ¿le hubiera gustado participar en ese proyecto ?

-Cuando empezaron lo pensé. Visité con Fortea la cueva y aquello era un poco distinto a lo que había visto en La Viña y Llonín, demasiado barro. Para el arqueólogo que había excavado en esos yacimientos, hacerlo en Sidrón era mover mucha tierra para muy poco material. Desde luego, si encuentras un solo hueso en Sidrón es importantísimo, pero los materiales, el arte y los restos líticos de Llonín y La Viña hacen el yacimiento más entretenido.

-Javier Fortea era reacio a la sobreexplotación de las cuevas con arte, ¿comparte esa doctrina?

-Al cien por ciento. Toda la gestión que se lleva en la actualidad, el cierre de las cuevas, es consecuencia de lo que hizo Fortea. La mesa de Colombres puso las bases, para los que la leímos, claro. En ese sentido, no creo que se estén haciendo mal las cosas.

-¿Qué significó Javier Fortea para Prehistoria asturiana?

-La herencia de Javier es importante. Los políticos que han pasado tienen respeto por la conservación del arte. La Prehistoria en Asturias es Fortea. Su muerte supone un agujero negro total. Junto con Marco de la Rasilla orientó mucho la investigación con un grupo de franceses, porque hay un interés común en las investigaciones. Se le acusó de que sólo publicaba en Francia, pero lo hacía donde se le leía, donde hay enjundia. Es un prehistoriador de un valor excepcional, las cosas que dejó escritas son de una contundencia, de un rigor y de una importancia increíbles.

-¿La gestión de las cuevas pasa ahora al Arqueológico.

-Lo único que sabemos es lo que salió en el periódico. A mí me da igual depender de la Consejería de Cultura que del Arqueológico siempre y cuando lo hagan bien. Lo que quiero es tener un jefe razonable y con sentido común. El director del Arqueológico vino dos veces a El Pindal, una de trabajo y otra de visitante. La impresión ha sido muy buena. No tiene por qué ser un técnico que conozca la arqueología, pero en este caso la conoce y entiende lo que le digo y yo entiendo lo que él dice. Pero hablo del director del Museo Arqueológico, de lo que hay en la Consejería no puedo hablar porque no sé nada ni conozco el criterio que tienen.

-A su juicio, ¿qué habría que mejorar?

-Todo es mejorable, pero no creo que las cosas estén mal. El problema mío en El Pindal es que llevo 13 años y probablemente hasta la jubilación, y a lo mejor es excesivo. La movilidad podría ser buena. Poder enseñar Tito Bustillo y El Buxu, o incluso Candamo y la Loja, además de El Pindal, para el trabajador sería bueno, pero eso que parece tan sencillo no se ha conseguido. Para los guías estar siempre en el mismo sitio redunda en algo rutinario que acaba cansándote.

-¿Han notado en algo el cambio de Gobierno?

-Lo notamos en que teníamos una relación muy fluida, unas veces mejor, otras peor, con las administraciones anteriores. Había una confianza mutua, se hablaba y se tenían un poco en cuenta nuestros planteamientos. Tras el cambio no tengo comunicación, no sé cuáles son las intenciones. No se hace nada, pero tampoco pasa nada, todo funciona por inercia.

-¿Qué opinión le merece el reciente anuncio que atribuye a los neandertales pinturas en una cueva de Nerja?

-Me parece más un bombazo para salir en la tele o en los periódicos que otra cosa. Lo pongo en cuarentena por dos razones, primero porque no tenemos ningún conocimiento de que los neandertales hubieran pintado, y menos que hubieran pintado lo que hay en Nerja, que no son cuatro rayas. La afirmación se hace a partir de unos restos de carbón de una cueva visitada masivamente desde hace años, cuando no está claro cómo afecta el ambiente a los carbones. Lo que se ha dicho es arriesgadísimo. Arte relacionado con niveles musterienses lo hay en La Viña, pero no es fácil discernir si esas rayas son de neandertales o son de sapiens.

-El año pasado publicó un libro centrado en El Pindal.

-Es un trabajo de doctorado que se publicó con motivo del centenario de la cueva. Pensé que era necesario porque aunque hay dos publicaciones muy buenas había cosas que añadir y que actualizar. Quería traer la historia de El Pindal al siglo XXI, porque era una cueva estática en una publicación de 1911 y de 1954. El resultado es un trabajo científico y un libro muy visual.