Oviedo, P. R.

El Ballet del Kibbutz, una compañía que se ha consolidado internacionalmente como uno de los grandes centros de la vanguardia coreográfica, abrirá el próximo día 15 el Festival de Danza de Oviedo en el Teatro Campoamor, que patrocina LA NUEVA ESPAÑA. La compañía israelí actuará dos días después, el día 17, en el teatro de la Laboral de Gijón. Serán las dos únicas citas españolas en esta gira para una compañía que ha ofrecido sus espectáculos en los mejores teatros del mundo. De hecho, «Infrared», la obra que se podrá ver en Asturias, se llevará posteriormente a Italia y a China. Además, la compañía girará con otras obras a Estados Unidos, Sudáfrica, Canadá, América del Sur, Extremo Oriente y diversos países europeos.

La historia del Ballet del Kibbutz es la de una singular compañía de danza que tuvo como germen un grupo de danza regional del occidente de Galilea que fundó Yehudit Arnon, superviviente de los campos de concentración nazis. Ella fue la que hizo crecer la compañía y la que la dirigió hasta 1996. A día de hoy, es el buque insignia internacional de la danza contemporánea en Israel.

Además, Kibbutz Contemporary Dance Company ha sido pionera en introducir a los niños en el mundo de la danza contemporánea con un programa especial destinado a las escuelas, presentando trabajos de su actual coreógrafo Rami Be'er sobre los cuentos populares. Estos proyectos los realiza la compañía joven del Kibbutz, creada en 1994, con el objetivo de formar a las nuevas generaciones de bailarines.

Los miembros del grupo de danza israelí viven casi todos juntos en un Kibbutz o en sus inmediaciones, aunque debido al prestigio de la compañía cada vez acogen a más bailarines de diferentes nacionalidades -entre ellos japoneses, españoles, suecos y rusos- y aprovechan sus giras para realizar audiciones para incorporar nuevos miembros.

En la actualidad el responsable artístico de la compañía es Rami Be'er. Nacido en una familia de músicos del Kibbutz de Ga'aton, compatibilizó sus estudios de violonchelo con los de danza con Yehudit Arnon, la fundadora del ballet. En 1980 se une a la compañía como bailarín y coreógrafo y en 1996 se convierte en director artístico de la misma, para la que crea más de cuarenta coreografías que le han dado un gran prestigio internacional.

Yehudit Arnon busca el equilibrio entre la forma, el contenido y la estética. Tiene como premisa que la danza es un lenguaje universal que une individuos, religiones y culturas. Invita al espectador a un viaje interior donde se pueda identificar, dejando, a la vez, al público como parte de su interpretación. Con estas pautas ha conseguido llevar su ballet a los grandes centros de la danza internacional.

Be'eer no se limita a realizar una coreografía determinada, sino que busca un resultado artístico completo, de mayor calado. «Me interesa hacer una obra de arte completa, no quedarme sólo en la danza», explica. Busca y exige a los bailarines «un gran trabajo físico y psíquico, intentando hacer una danza donde los contrastes sean nítidos y significativos». «Infrared», la coreografía que se presenta en Oviedo y Gijón, invita al espectador a un viaje interior donde se pueda identificar, integrando al público en su interpretación. Se articula sobre música de J. S. Bach, Nine Inch Nails y John Suman, entre otros autores.

Por el Festival de Danza de Oviedo pasarán en los próximos meses el Ballet de la Ópera de Ginebra, la compañía de Víctor Ullate, el Ballet del Kremlin, el Ballet de Zurich y los Ballets de Montecarlo, que cerrarán el ciclo en junio con «La Cenicienta».