Es curioso, que el propio Miguel Delibes reconoce la influencia que tuvo en su forma de expresión literaria el Manual de Derecho Mercantil de Joaquín Garrigues, texto que manejó en sus estudios y que en efecto presenta, a pesar de su contenido jurídico, un dominio del lenguaje, pulcro y directo, en una palabra, castellano puro.

Presenciando, una vez más la representación de Cinco Horas con Mario, me vino a la memoria la obra del mismo autor publicada en 1991, Señora de Rojo sobre Fondo Gris. Explico su cierta similitud, en ambas Delibes describe un personaje femenino con el talento de un gran escritor, es decir, sabe percibir y expresar la intimidad de su personaje y su clara motivación interna.

Por otra parte, cierto es que Carmen, protagonista de Cinco Horas con Mario, a través de su monólogo-diálogo, ofrece una visión de su propia personalidad: mujer de vida monótona y provinciana, evidencia sus frustraciones ante un hecho consumado como es el fallecimiento de su marido, y como transfondo, la época de los años sesenta con sus convencionalismos sociales.

En su obra Señora de Rojo sobre Fondo Gris describe también un personaje femenino, en este caso su esposa fallecida, en una evocación angustiada y plena de sentimiento de singular belleza literaria.

En resumen, en ambos casos, se describe el alma femenina y no creo especialmente que en la obra Cinco Horas con Mario pretendiese Delibes simplemente una sátira sobre la personalidad de la protagonista y de su ambiente. Su talento va más allá, describe al personaje y nos muestra la naturaleza humana, con sus contradicciones y su angustioso dualismo, suscitando en el espectador un sentimiento de benevolencia, en efecto el ser humano es «yo y su circunstancia».

La dirección de la obra es excelente e igual cabe decir de la interpretación de Natalia Millán, sabe modular su intervención a tenor de las fases del monólogo, con su chispa de ironía y humor sarcástico.

El reconocimiento a su acertada actuación no desdice que recordemos a la veterana actriz Lola Herrera que ya en el año 1979 estrenó la primera versión de esta obra de nuestro Miguel Delibes, por cierto Premio Cervantes y también premio Príncipe de Asturias.