Vicente AUPÍ

En la noche de hoy, sábado, a mañana, domingo, entra en vigor en España y el resto de la UE el horario oficial de verano, con el que se adelantan los relojes una hora. La medida tiene sus partidarios y sus detractores en toda Europa, pero el caso de España es diferente, ya que nuestro país parte de un error de base: el tiempo oficial de invierno lleva 72 años adelantado de forma incomprensible, ya que no es el que le corresponde a su huso horario, que cada país ajusta a su longitud geográfica para optimizar las horas de luz solar. A causa de ello, en los meses invernales España ya va una hora por delante de su tiempo solar, y en los estivales, al adelantarse otros 60 minutos más, el desfase aumenta a dos horas.

Esta situación es una herencia de la simpatía de Franco hacia Hitler, que el 16 de marzo de 1940 se concretó en que el régimen ordenara adelantar una hora el horario oficial en España, que hasta entonces iba ajustado al del Meridiano de Greenwich, precisamente el que le corresponde a nuestro país por su longitud geográfica. Pero aquel día, España puso en su reloj la hora de la Alemania de Hitler, situada más al Este y con un huso horario distinto. Por supuesto, la medida se mantuvo los 40 años de la dictadura, pero lo realmente sorprendente es que, después, ninguno de los sucesivos gobiernos de la era democrática ha corregido este error histórico, por lo que hoy, en 2012, España continúa con la hora cambiada.

La decisión del régimen se plasmó en una escueta orden aprobada por el Gobierno el 7 de marzo de 1940.