Oviedo, J. N.

Ya en el año 2000 la revista «Neurón» dio a conocer un ensayo de la doctora Almudena Ramón en el que se explicaba cómo había conseguido regenerar la médula de ratas parapléjicas, que lograron recuperar la movilidad. La operación consistió es trasplantar células glía alojadas naturalmente en el bulbo olfatorio, situado en la región frontal del cerebro. Las células cerebrales trasplantadas a la zona medular lesionada consiguieron el cuasi milagro de devolver la movilidad a unos animales de laboratorio que eran inválidos.

Después de las ratas se planteó realizar la misma operación en monos en el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia, pero surgieron problemas. Y es que cuando ya se había realizado un autotrasplante a un mono, la dirección del centro optó por interrumpir la experimentación y sacrificar al animal, que estaba sufriendo. La doctora Ramón consideró, sin embargo, que el mono ya manifestaba signos de movilidad. La disputa se enconó y Rubén Moreno, director del CIPF, prohibió el acceso al centro de la investigadora, que a su vez denunció a Moreno por realizar determinadas acusaciones. Ramón ya había denunciado por acoso laboral a su anterior jefe, pero no prosperó su queja.