Decenas de internautas unidos por un propósito: pintar un cuadro conjunto a partir de la cuadrícula de la abstracción geométrica modernista. Éste es el planteamiento del que se nutre «Two hundred and sixteen colors», la exposición-intervención que inauguró ayer el artista malagueño Manuel Fernández en la galería gijonesa Adriana Suárez.

Hay en este original proyecto, que arrancó el 3 de octubre del año pasado y en el que han participado ya más de mil personas de distintas partes del mundo, una operación de fondo que pasa por disolver las fronteras de lo físico (la materialidad del cuadro) y de lo virtual (el desarrollo de la obra a través de la red informática), pero también la de diluir los conceptos de alta y baja cultura. «Two hundred and sixteen colors» trata de mostrar (y demostrar), mediante el uso de las nuevas tecnologías, que el arte es asunto de todos. ¿Una democratización de los procesos artísticos? Sin duda. Y también una apuesta, como subraya Manuel Fernández, por el «trabajo colaborativo».

«Me interesa involucrar a la gente y ofrecer además, en la propuesta artística, la manera en la que nos relacionamos hoy», explicó ayer el artista andaluz, en referencia al uso de las nuevas tecnologías como herramienta artística. «No doy ninguna pauta», dejó claro Manuel Fernández, en referencia a que cada uno de los participantes a través de internet elige una de las retículas del gran lienzo colectivo en composición y un color. Todos podemos participar de manera sencilla mediante la aplicación www.twohundredandsixteencolors.com.

Esta intervención-exposición estará hasta el 12 de mayo en la galería Adriana Suárez, donde el visitante encuentra el primer gran lienzo («People Walt 1»), del que hay una edición con impresión digital de cinco ejemplares. Además se cuelgan otras tres piezas gráficas, de las que se han hecho ediciones de veinte ejemplares, y una videoproyección que muestra en tiempo real la obra en marcha, en la que todos podemos participar, como se ha dicho, a través de internet. Se utiliza una paleta de colores web de 8 bits que se compone de 216 colores, como indica el título de este proyecto.

Manuel Fernández, artista conceptual en posesión de varios premios por sus intervenciones en Madrid o Palma de Mallorca, incluye junto a cada una de las obras una ficha con cada uno de los participantes en la composición de estas piezas, en las cuales el color y la geometría parecieran responder a una extraña y cautivadora intención colectiva.

La propuesta del artista malagueño tiene, por supuesto, complejas implicaciones que invitan a debatir, entre otros asuntos, sobre el principio de autoría o los muchos caminos que abren las nuevas tecnologías en el arte de ahora mismo y en el del futuro. ¿Es posible un arte que sea fruto de una amplia participación social? El proyecto de Manuel Fernández da ya respuesta a esta pregunta que tanto apasionó a las vanguardias del siglo XX.