Madrid

Las cincuenta y ocho obras prestadas al Museo del Prado para la exposición «El último Rafael» serán aseguradas por el Estado por un importe de 954,6 millones de euros, mientras que las sesenta y una de la muestra «Edward Hopper» del Museo Thyssen contarán con una garantía de 629,4 millones.

El Consejo de Ministros autorizó ayer la concesión de la garantía del Estado para las obras de dos de las exposiciones más destacadas de esta temporada en los museos españoles. La muestra «El último Rafael», que se exhibirá a partir del próximo 12 de junio, fue organizada por el Prado en colaboración con el Museo del Louvre y es una de las más importantes dedicadas al artista y su taller.

La exposición contará con más de setenta obras y propondrá un recorrido cronológico por la actividad del maestro, desde el inicio del pontificado de León X (1513) hasta su muerte en 1520, y de la de sus principales discípulos: Giulio Romano y Giovanni Francesco Penni, hasta finales de 1524.

El Museo Thyssen Bornemisza, que alberga la colección más importante de la obra de Edward Hopper fuera de los Estados Unidos, dedicará, también a partir del 12 de junio, una gran exposición a este creador, uno de los artistas más complejos del arte del siglo XX.

La muestra, fruto de un proyecto de colaboración entre el Thyssen y la Réunion des Musées Nationaux de France, está dividido en dos ámbitos.

El primero recorrerá la formación del artista, aproximadamente de 1900 a 1924. Gran cantidad de bocetos, pinturas, dibujos, ilustraciones, grabados y acuarelas dialogarán con obras de Winslow Homer, John Sloan, Edgar Degas o Walter Sickert. En una segunda parte se presentará su producción madura a partir de 1925, combinando grupos temáticos con los motivos y los temas más recurrentes en su trabajo, con una narrativa organizada cronológicamente.

La garantía pública estatal es un sistema por el que el Estado asume el compromiso de asegurar las obras de relevante interés cultural que se presten para exposiciones celebradas en museos de titularidad estatal frente a la posible destrucción, la pérdida, la sustracción o el daño que puedan sufrir entre el acuerdo del préstamo y la devolución de la obra. Este otorgamiento no tiene, por tanto, un coste inmediato, es un compromiso asegurador, para hacer frente a posibles daños.