Pau García-Milà tiene un entusiasmo contagioso. Habla sin parar y elabora su discurso a medida que va soltando reflexiones no siempre políticamente correctas, pero en poco tiempo es fácil entender por qué ha triunfado y ha obtenido tantos reconocimientos, como el Premio Nacional de Comunicaciones 2009 o el Impulsa Empresa 2010. Tiene una impresionante seguridad en sí mismo y a la vez no le da miedo equivocarse. Es optimista militante e intenta convencer a los jóvenes y a la sociedad de que es posible superar la crisis y triunfar. Aunque para eso es necesario que muchos más emprendedores se lancen a la aventura de montar su propio negocio y que los gobiernos no pongan "palos en las ruedas".

-¿Qué es para usted lo que de verdad importa?

Ser feliz con lo que hago a lo largo del día. Entre vivir para trabajar o trabajar para vivir hay un punto medio que es disfrutar trabajando y viviendo. De lo que más orgulloso estoy es de tener un trabajo con 24 años porque en España en 2012 eso es un lujo que tiene la mitad de la gente que quisiera o debiera tenerlo. Lo que de verdad importa es poder ganarte la vida con lo que te gusta y yo tengo esa suerte.

-Y además no solo trabaja sino que lo hace para sí mismo, tiene sus propias empresas.

Sí, pero esto es opcional. Hace treinta años crear una empresa era complicado y elitista. En el siglo XXI ser empresario es una profesión más. Me gusta imaginar un mundo, un país, en el que dentro de 30 años todo el que no sea empresario es porque no quiere y no porque no pueda serlo. Hemos roto el esquema del empresario de golf y Porsche. Marc Bonavia es un empresario que admiro mucho. Fundó una empresa, SITmovil, que factura 12 millones de euros, pero es la persona más sencilla del mundo.

-De eso sabe Amancio Ortega.

Hacen falta más Amancios Ortegas y no sacrificar al empresario.

-¿A qué se refiere?

El empresario tiene una imagen brutal. Es lo que yo llamo empresario de puro y putas: gordo, calvo, hombre... que fuma puros, extorsionador, mala persona, explotador y que solo quiere enriquecerse a costa de pisar a los demás. Se supone que es lo que tenemos en España, e igual en algún tiempo fue así, aunque yo no lo he vivido. Así que los que triunfan en España o se van o se esconden, como Amancio Ortega. Tenemos que crear un tejido en el que la gente se encuentre cómoda y quiera ser empresario y al que lo haga mal, a la cárcel.

-Esa mala imagen de los empresarios tal vez tenga que ver con el descrédito que tienen los agentes sociales. No parece que el portavoz de los empresarios los represente realmente.

La función de los presidentes de un sindicato, de una patronal, de un Gobierno es ser un showman, en el buen sentido. Tienen que aparentar, dar buena imagen y a veces lo hacen bien y otras mal. Alguien que representa a 46 millones de personas no puede decir cosas que le guste a más de 10 millones. Me parece ridículo centrar el debate en si el presidente de un sindicato tiene un reloj de 6.000 euros. Luego dijeron que era mentira pero no me parece mal que lo tenga. Los empresarios no son los que salen en la tele como el presidente de la patronal.

-Hay un montón de gente en el paro consciente de que nadie le dará trabajo y que podría montar su propio negocio...

Hagámoslo. Cuando emprendemos hay que olvidar de dónde venimos y pensar adónde podemos ir, tenemos que romper los tópicos del pasado. La historia hay que conocerla para no repetir los errores, pero no nos debe condicionar. Hay mucha gente que no puede empezar porque solo sabe hacer una sola cosa; diseñar, programar, empresa... Juntemos a cinco personas y harán un prototipo de lo que quieren crear y encontrarán financiación. Sin optimismo las cosas no saldrán, aunque hay que respetar que alguna gente está en una situación que le impide ser optimista.

-¿Cómo se fomenta la emprendeduría?

Desdramatizándolo todo. Hay que fomentar la emprendeduría de los que sí pueden. Para los que viven con sus padres, sin cargas, debería ser obligatorio montar un negocio para dar trabajo a quienes no lo tienen tan bien. Cualquier abuelo diría: "Esto que tenéis ahora es una crisis light, yo en la posguerra comí gato para no morirme de hambre". Ahora no comemos gato y hay que recordar que hemos estado peor y hemos salido adelante.

-¿Es internet el mejor o el único sitio para emprender en este momento?

Ni el mejor ni el único. Internet es bueno por la capacidad de interacción y porque te permite iniciar 20 cosas sin arruinarte y triunfar a la 21. Puedes empezar muchas cosas en paralelo invirtiendo tiempo pero no dinero y que alguno vaya bien. Internet tiene esto de bueno pero todo el mundo lo sabe y compites con todo el mundo.

-Hay mucha gente en el paro que se pregunta qué hacer, dónde reciclarse ¿Qué es más importante para emprender: apostar por lo que a uno le gusta o adaptarse al mercado?

Creo que hay que hacer el proceso al revés y pensar: ¿qué me gusta? Para emprender tienes que disfrutar haciendo lo que haces porque vas a tener que dedicarle tantas horas que si no te gusta, lo vas a dejar, seguro. La única manera de triunfar en algo es que ese algo sea lo que te gusta hacer, aunque igual hay que matizarlo: Si te gusta pintar y pintando no te ganas la vida, puedes montar una red social de pintores porque lo conoces y lo vas a disfrutar. Hay gente que decide estudiar una carrera porque tiene mucha salida. Yo alucino. Lo que de verdad importa después de diez años es ser feliz con lo que haces .

-Estos emprendedores en internet se quejan de que los políticos hablan mucho de apoyar las TIC pero no lo hacen y que cuando van a los bancos, las entidades les miran como a frikis que les venden humo.

Lo dije en Buenafuente: nunca te burles de un friki, que un día será tu jefe. Más que fomentar y dar ayudas, los gobiernos tienen que no poner palos en las ruedas. Para crear una empresa te bloquean 3.000 euros, tardas dos meses, tienes que ir a un notario... Deberías poder poner en Google "crear una empresa en España" y que el primer resultado fuese "toma tu CIF, ahí tienes, haz la factura ya y hazlo legal". Tenemos la idea de que el Estado nos roba. Montar una empresa tiene que poder hacerse en 24 horas.

-¿Será este el momento?

Creo que la gente empieza a saber que un emprendedor no es malo y que hemos dado buenos pasos, desde hace tiempo, al margen del contexto político. Tendremos que endurecer las penas para los empresarios que corrompen y favorecer a quienes quieren emprender.

-¿Cómo fue su experiencia a la hora de emprender?

Mis padres me dieron un margen de libertad interesante. Tenía tres reglas de oro en casa que no se podían romper nunca: nada de suspensos, drogas ni embarazos. Si las cumplía, podía hacer lo que quisiera. Me dejaron probar cosas que no funcionaron, monté un museo egipcio en el pueblo, fue como una relación de respeto a lo que hacía y a dejarme elegir. Empecé Ingeniería Informática y no me gustó, lo dejé y lo respetaron al 100%. Monté una empresa y también lo respetaron.