Oviedo / Madrid, J. B. / Agencias

La revista «El Víbora» fue la gran casa donde se refugiaron los dibujantes «underground» de España, especialmente de Cataluña. Y su mentor fue Josep María Berenguer, figura clave del mundo editorial y del cómic en España -también del cómix, el cómic «underground»-, que falleció ayer en Barcelona.

Berenguer sale del mundo de la contracultura de Barcelona cuando los cómics iban insertados en revistas; él se mete en la aventura de «El Víbora», una revista en la que recoge el «underground» con alguien que con el tiempo sería toda una figura y referente, Javier Mariscal, y con otro no tan mediático, pero con el paso del tiempo sí muy importante en esta escena, Nazario. «El Víbora» en sus orígenes era un compromiso con el lema: «Sexo, drogas y rock & roll». Además, Berenguer le dio bola a Gallardo y Mediavilla, creadores de «Makoki», aunque la célebre historieta nunca tuvo que ver con «El Víbora».

Berenguer sacó más adelante otras publicaciones y editó en España grandes revistas internacionales. La mano derecha de Berenguer que dio oportunidades a muchos editores fue «Onlyú».

Josep María Berenguer (Barcelona, 1944), editor de «La Cúpula», era un referente internacional del mundo del cómic y uno de los renovadores de la industria desde la Transición, cuando publicó el citado «El Víbora». Berenguer fue miembro fundador de FICOMIC, siendo hasta su fallecimiento vicepresidente de la misma entidad. Estudió Bellas Artes y en los años sesenta y setenta se ganaba la vida como fotógrafo e ilustrador «freelance», además de participar en algunas exposiciones de pintura y de fotografía y de diseñar y construir lo que él llamaba «cúpulas geodésicas».

Gracias a sus diversos viajes por Estados Unidos, conocía de primera mano la cultura «underground», tanto los cómix como la literatura de Jack Kerouac o Allen Ginsberg. A finales de los años setenta, se cruzó con el editor de cómics Josep Toutain; ambos vivían en La Floresta (Barcelona) y colaboraban en el boletín de la asociación de vecinos de esta localidad, titulado «El Enterao»; Toutain escribía, Berenguer ilustraba. Cuando Berenguer le explicó a Toutain que quería fundar una revista de artes visuales, hablando de pintura, ilustración, cine, fotografía y cómics, éste le respondió que le dejaba el dinero si editaba una revista de historietas. Y así lo hizo. En 1979 nacía «El Víbora», una publicación comprometida e independiente que se convirtió en un referente para más de una generación de lectores y de autores. Allí publicaron algunos de los mejores creadores de la historieta nacional e internacional. «El Víbora» apostó por los cómics de calidad, personales, aportando una pequeña gran revolución a la industria de la historieta española, informa «Europa Press».