Oviedo, P. Á. / Efe

Si el nivel de salud de los 78 concejos asturianos se asimilara al fútbol, Peñamellera Alta y Villanueva de Oscos jugarían la «Champions League», mientras que Illano, Peñamellera Baja y Santa Eulalia de Oscos serían los representantes en la segunda competición continental, la «Europa League». Entre tanto, los grandes municipios del centro de la región se debatirían entre el descenso y la promoción, con Corvera, Castrillón y Siero en los puestos de cola.

Éstos son algunos de los datos del nuevo ranking del Observatorio de Salud en Asturias, una herramienta puesta en marcha el año pasado y cuyos resultados, debidamente actualizados, fueron presentados ayer en la Consejería de Sanidad del Principado.

Las clasificaciones siempre resultan atractivas, aunque ciertamente el agrado que provocan va por barrios, en este caso por concejos. Del segundo informe, el difundido ayer, se deduce que el área central de Asturias, más industrializada y en la que vive el 80 por ciento de la población, no consigue remontar los resultados obtenidos en el ranking anterior: continúa registrando los mayores niveles de mortalidad prematura y morbilidad de toda la comunidad autónoma, y también es escenario del estilo de vida menos saludable.

En el polo opuesto, el ala occidental es la que presenta mejores resultados en cuanto a la salud de sus ciudadanos, y la oriental, la que disfruta de una mejor calidad asistencial. Todo ello sobre la base de que «no existen paraísos o zonas ideales para la salud», según subrayó Mario Margolles, jefe del servicio de Vigilancia Epidemiológica del Principado.

Este segundo informe del Observatorio de Salud en Asturias ha sido elaborado -al igual que el primero- con la colaboración de la School of Public Health and Medicine de la Universidad de Wisconsin (Estados Unidos). Se trata, en definitiva, de una fotografía de salud para toda Asturias y para cada uno de sus municipios, con el objetivo último de «favorecer la comparación de resultados y estimular acciones de mejora». Un instrumento a partir del cual se pretende elaborar estrategias de salud y orientar actuaciones que mejoren el bienestar de los ciudadanos, según el director general de Salud Pública, Alberto Fernández León.

El sistema evalúa el estado de salud de la población a base de medir la tasa de mortalidad por envejecimiento, la autopercepción de la salud, la prevalencia de enfermos crónicos y los tratamientos por ansiedad y depresión. La otra medición se centra en los denominados «determinantes de salud», cuatro epígrafes que se consideran predictivos de la salud futura y a los que se atribuye distinto peso. A los factores socioeconómicos se les asigna un 40 por ciento del peso global; a las conductas saludables, otro 40 por ciento; a la calidad del entorno y del medio ambiente, un 10 por ciento, y a la calidad del sistema sanitario, el 10 por ciento restante. En este ranking de factores condicionantes de la salud, los mejores indicadores se dan en Caravia, Ribadedeva, Onís, Cabrales y Cangas de Onís, mientras que los peores corresponden a Sariego, Noreña, Aller, Lena y Villaviciosa.

El informe, muy completo, puede ser consultado en la página web «obsaludasturias.com». De los municipios más poblados, Gijón figura en el puesto 66 del ranking de salud; Oviedo, en el 68; Avilés, en el 72, y Siero, en el 76.

Desde la Consejería no se desea generar agravios entre concejos, entre otras razones porque las clasificaciones se ven influenciadas por factores tan contigentes como que en el municipio de Llanera está ubicado un centro penitenciario cuyos internos suponen un lastre para las estadísticas de salud.

El Principado ha sido el primer lugar del mundo en aplicar este instrumento de medición de la salud que en los últimos tiempos ha sido extendido al conjunto del territorio norteamericano tras desarrollarse desde 2003 en Wisconsin. Fue traído a Asturias por el anterior equipo de la Consejería de Sanidad, y el actual ha decidido continuar apostando por esta línea de trabajo.

El nuevo estudio fue presentado por el director general de Salud Pública; el jefe del servicio de Evaluación de la Salud y Programas de la Consejería, Rafael Cofiño, y el citado Mario Margolles. Junto a ellos intervinieron Javier Nieto, jefe del departamento del Population Health Sciences de la Universidad de Wisconsin, y Patrick Remington, codirector de los County Health Rankings.

Según el informe, en el último año son cinco los concejos que han visto optimizados sus resultados y tres los que han descendido escalones. Han mejorado de forma considerable los tiempos de demora quirúrgica y las hospitalizaciones inadecuadas, así como la calidad del aire. Y han empeorado los indicadores de embarazo en adolescentes, las tasas de desempleo y las personas en riesgo de exclusión social.