La Iglesia católica rindió ayer homenaje a los 333 españoles que trabajan como misioneros en diferentes países latinoamericanos, rezando para que otros más se animen a ofrecerse para la docencia de seminaristas o la evangelización en dichos países. En el último año diez sacerdotes españoles cambiaron sus parroquias españolas por destinos como San Pedro Sula, en Honduras, Chuquibamba, en Perú, o Veracruz, en México. Son los integrantes de una iniciativa de cooperación misionera entre las iglesias de ambos lados del Atlántico que organiza, desde 1959, la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana. Con motivo del Día de Hispanoamérica, el obispo de Barbastro-Monzón, Alfonso Milián, recuerda en una carta pastoral cuando, hace 50 años, los seminaristas eran animados a ir a aquel continente, ya que «se está jugando el futuro de la Iglesia católica».