El vídeo de Leo Harlem sobre el GPS es concluyente: «Programa el GPS antes de salir, no seas "traza", que parece que te estoy viendo, tecleando los datos en la rotonda, en medio del tráfico, y al mismo tiempo contestando llamadas del móvil. Hay que estar a lo que hay que estar, que luego pasa lo que pasa y es que te llevas disgustos a lo tonto».

Madrid / Oviedo, Agencias

Humor en vez de sangre. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha dejado atrás la táctica de utilizar imágenes crudas o mensajes contra los accidentes. En su última campaña, puesta en marcha ayer y titulada «Hay que estar a lo que hay que estar. No te distraigas», ha decidido recurrir al humor para alertar a conductores y peatones de los peligros que acarrean las distracciones al volante o al cruzar la calle.

La campaña cuenta con tres monólogos escritos e interpretados por el humorista Leo Harlem sobre el uso del móvil y el GPS, «El peatón electrónico», «La oficina en el coche» y «No sin mi GPS», que se difundirán en radio e internet.

En los monólogos se ha utilizado «una estrategia de comunicación basada en la ridiculización y exageración» del uso que algunos conductores y peatones dan al teléfono móvil y al GPS, explicó ayer la DGT.

Así, por ejemplo, en el monólogo sobre el GPS, Harlem ridiculiza de este modo las costumbres de muchos conductores: «Esto es la locura, la gente ya pone el GPS hasta para ir a por el pan. Los hay tan enganchados al aparatito que lo usan hasta para bajar la basura», dice. Harlem recomienda programar el GPS antes de arrancar el vehículo porque, sostiene, resulta que hasta el aparato lo nota y «le cambia hasta la voz, se le pone un tono de lo más amable».

En otro de los spots, titulado «El coche en la oficina», el humorista ridiculiza el uso que algunos conductores hacen del móvil para continuar trabajando mientras conducen.

«Vengo asustado», cuenta, «y es que hay mucha gente que se sube al coche y, una vez allí, se cree que está en la oficina, venga a mandar mensajes, presupuestos, informes, con la mano en el volante, no mandan faxes y fotocopias porque no tienen impresoras, que si no, en vez de ambientador, llevaban cartuchos de repuesto para el tóner», afirma la cuña.

El tercero de los monólogos se dirige a los peatones, a quienes advierte de nuevo en clave de humor sobre el riesgo de no prestar atención cuando se cruza la calle: «Nos ponemos a teclear y venga a contarlo todo: he desayunado, he visto un parque... Estáis "atontaos"; tanta conexión y vamos como zombis», ironiza, antes de concluir: «Nos tiramos a la calzada como si no hubiera coches. En la calle, peatón, ojito al tráfico, que hay coches hasta por las aceras».

La campaña ha sido acogida con división de opiniones. Por una parte, el presidente de la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes, Francisco Canes, subrayó que los accidentes de tráfico son «un problema muy serio» y «a nadie se le ocurriría hacer una campaña de este tipo hablando de los niños que mueren de hambre ni de la violencia de género».

Sin embargo, la directora general de Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT), Eugenia Domenech, se ha mostrado directamente a favor de la campaña. «Que se utilice el humor, siempre que sea respetuoso, no nos parece mal», declaró.