La Junta de Castilla y León ha suspendido la búsqueda intensiva de la madre de la cría de oso pardo que apareció el pasado 27 de abril en el entorno de Palacios del Sil, en la provincia de León, según ha anunciado hoy la Consejería de Fomento y Medio Ambiente en nota informativa.

La Consejería ha concretado que, a pesar de ello, se mantiene activo un operativo de seguimiento convencional de observación de la población de oso pardo del que forman parte la Patrulla de Oso Pardo, Agentes Medioambientales y miembros de la Fundación Oso Pardo (FOP).

Pocas horas después del hallazgo, se organizó un dispositivo de búsqueda con la intención de localizar a la madre "lo antes posible".

La cría, que fue trasladada al Centro de Recuperación de Animales Silvestres de la Junta de Castilla y León en Burgos, permanece "bajo control veterinario y en aislamiento humano".

La Consejería trabaja con la posibilidad de que la madre pueda ser localizada para proceder al reagrupamiento familiar como primera alternativa.

De no ser así, la siguiente alternativa es tratar de criar a la osezna, que está "en perfecto estado de salud", en cautividad - en régimen de aislamiento humano- hasta que alcance una edad suficiente para poder ser reintroducida en la naturaleza en algún lugar propicio que cuente con alimento suficiente.

Con el fin de mantener la adecuada coordinación entre las distintas comunidades autónomas implicadas en la gestión del oso pardo, la Junta de Castilla y León ha informado sobre la situación a los responsables del Principado de Asturias y del Gobierno de Cantabria.

Según ha explicado la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, existe un precedente "exitoso" de cría en cautividad y reintroducción en la naturaleza de otra cría de oso, aunque de un tamaño y edad superiores, que fue encontrada en circunstancias semejantes en junio de 2008 en el Parque Natural de Somiedo, en Asturias.

En ese caso, la cría fue reintroducida en la misma zona en noviembre de ese mismo año y logró adaptarse "perfectamente" a la vida salvaje.

De hecho, ha mostrado el comportamiento normal de la especie y un excelente estado físico cuando ha sido visitada.

El oso pardo cantábrico es una especie en peligro de extinción, y en la Cordillera Cantábrica, según los últimos datos de seguimiento genético, superan los doscientos ejemplares.

En Castilla y León la especie cuenta con un Plan de Recuperación desde el año 1990 en el que se está invirtiendo un gran esfuerzo para la mejora de la viabilidad de sus poblaciones.EFE