El análisis: asunto de moda en cualquier cadena de televisión o emisora de radio que se precie de serlo. O, mejor, tertulia (tiene más de ello). Pero en esas charlas se analiza, se escruta de todo. Da lo mismo un suceso tremendo, de esos que dejan mudo al mundo; da lo mismo que sea política; da lo mismo que sea de economía, derecho, Constitución, que sea de ministerios, de túneles, de puentes o de planes de guerra... Todo fluye. Los que hablan no suelen ser expertos en el tema, pero sí que están informados y dominan el verbo. Lo hacen tan bien (hablar) que han convertido estas mesas de conversación en todo un género audiovisual. Visto de este modo, es decir, visto como programa de televisión o de radio, hay que reconocer que resulta. El espectador se cabrea más o menos con lo que dicen unos y otros, y los unos y los otros se dan la caña (parece) suficiente como para que la agilidad del programa no baje puntos. Y sí, son recomendables siempre y cuando se observen como espacio de parrilla, no como grandes y sesudos análisis.