Oviedo, P. Á.

Los beneficiarios del programa de trasplante hematopoyético del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) han creado una plataforma de apoyo a los profesionales de esta unidad y al trabajo que, desde el año 2007, están llevando a cabo en el complejo hospitalario de Oviedo.

La filosofía de la plataforma está plasmada en un decálogo que, entre otras aseveraciones, exige el «mantenimiento» del citado programa «en las condiciones actuales, en lo que a profesionales y prestaciones se refiere», ya que con esta prestación «se nos ha ofrecido a los asturianos la posibilidad de curación o aumento de supervivencia en muchos casos». La plataforma reclama, asimismo, «que se empleen exclusivamente criterios de currículum, capacidad y experiencia para la elección de los responsables de las distintas unidades o servicios sanitarios públicos».

De otro lado, un colectivo de trasplantados de médula ósea en el HUCA y de pacientes de enfermedades oncohematológicas, «ante la incertidumbre, malestar y preocupación generada por la posible desaparición» del citado programa, han convocado para hoy una concentración de apoyo al equipo que lo desarrolla. El acto reivindicativo tendrá lugar a las ocho y media de la mañana ante la entrada principal de la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga, frente al edificio de maternidad.

«Bajo la dirección del doctor Vallejo se han hecho en Asturias todo tipo de trasplantes hematopoyéticos, lo que marca un antes (cuando teníamos que ir a Barcelona a trasplantarnos) y un después de su llegada (cuando nos trasplantamos en Asturias con estándares de calidad de Francia y Alemania)».

«Hasta hace un año no se hacían trasplantes de niños menores de 5 años en Asturias, con el trastorno que para una familia supone tener que trasladarse a Madrid o a Barcelona».

«El trasplante de progenitores hematopoyéticos es hoy la opción más curativa de la leucemia, el cáncer más habitual entre niños y adolescentes. Un trasplante exige un seguimiento de por vida».

«Queremos salvar un equipo que está valorado entre los mejores del mundo».

«Los grandes perdedores de estos cambios que se anuncian serán los niños y niñas enfermos, y también sus familias, porque la calidad del servicio empeorará, y los costes, lejos de reducirse, serán muy superiores, pues lo que se pone en juego es la vida de nuestros hijos».

«No vamos a quedarnos callados. Éstos son tan sólo los primeros pasos para recabar el apoyo que nos permita avanzar de forma segura y continuada hasta conseguir que el derecho a curarse de estos enfermos y la esperanza de una intervención exitosa no se vean truncados por decisiones que nada tienen que ver con la salud».