Oviedo, Santiago CID

La propuesta del consejero de Sanidad del Principado de Asturias, Faustino Blanco, de que los centros de salud y los hospitales comiencen a funcionar por las tardes, como parte de la jornada ordinaria de los profesionales sanitarios a partir de septiembre, divide a la sanidad asturiana. LA NUEVA ESPAÑA se ha puesto en contacto con nueve profesionales vinculados al sector para radiografiar su opinión. Unos se muestran a favor de la medida y la califican de «lógica y necesaria», y otros, por el contrario, la tachan de «innecesaria e inoportuna». La mayoría coincide en la necesidad de establecer un diálogo y sentarse en la mesa a negociar.

«Estamos a favor de la optimización de los recursos sanitarios», señala el presidente de la Asociación de Defensa de la Sanidad Pública de Asturias, Carlos Ponte. Sin embargo, se opone a la medida, «un recorte de los derechos laborales. Lo que hay detrás de ella es, en realidad, la intención de que se trabaje más y se cobre menos». «Nos parece que ni es justo ni razonable», añade. Pronostica que la medida no será bien recibida por los trabajadores, aunque son los sindicatos quienes «tendrán que valorar si hacer o no un movimiento de protesta». Ponte apuesta por el diálogo: «Lo lógico es que hubiera una negociación».

Juan Luis Rodríguez-Vigil, ex consejero de Sanidad y ex presidente del Principado, califica la propuesta del Principado de «necesaria y sensata», pues «estamos en tiempos de crisis y hay que ajustarse a las normas de la misma».

Margot Marqués, secretaria autonómica del Sindicato de Enfermería (SATSE-Asturias), prefiere esperar para dar la valoración de la organización: «Tendríamos que tener una información más completa». Y espera que el consejero Blanco ponga el tema sobre la mesa «Sabemos que tienen que ser horas eficaces», apunta, si bien la medida «no puede suponer una destrucción de puestos de trabajo».

La presidenta del Colegio de Médicos de Asturias, Carmen Rodríguez, reclama diálogo y negociación. «Esta medida tendrá que ser consensuada con los profesionales», y asegura que ésa es la «voluntad» del Consejero. «Son medidas duras, que van contra los derechos de los profesionales», argumenta. Por tanto, «el diálogo es más necesario que nunca» y los profesionales «nunca dejarán pasar una pérdida de la calidad en la sanidad».

Carlos Suárez, jefe del servicio de otorrinolaringología del Hospital Central de Asturias (HUCA), califica la medida de «lógica» y señala que era algo que «todo el mundo esperaba». Suárez es consciente de que «la mayoría de los trabajadores no va a estar de acuerdo», puesto que dejarán de percibir un dinero que antes ingresaban. «A nadie le gusta tampoco que le quiten la extraordinaria», recalca, pero son «ajustes que surgen de la caótica situación que estamos viviendo».

A Antonio Matador, secretario general del Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), la medida le resulta preocupante, ya que se desconoce si supondrá despidos. «Que lo tengan todo tan elaborado y no hayan contado con nosotros no nos gusta», señala. Matador ha trasladado al Consejero «una petición para que el Sespa negocie con nosotros», si bien aún están «a la espera de que nos convoque». «Queremos negociar la forma de implantar el decreto del Gobierno», advierte.

Manuel Fernández Barrial, presidente en Asturias de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), es crítico con una idea que, en lo que incumbe a centros de salud, «no aporta nada nuevo». Fernández Barrial la califica de «innecesaria e inoportuna», sobre todo, en las zonas semiurbanas y rurales. Sin embargo, «el Consejero es una persona dialogante» y que «hablará con los elementos sociales antes de aplicar la medida».

Francisco Menéndez, secretario general del Sindicato de Celadores (Sicepa), lamenta que «no haya habido ninguna negociación» y que «los sindicatos desconozcamos estas medidas». Y «tener que enterarse por el periódico de los planes del Consejero es preocupante y demuestra lo poco que se va a negociar». Lo verdaderamente «preocupante», indica, es que «el Consejero no recurra esta medida y dé por bueno este decreto». «Que el Consejero esté orgulloso de que se vaya a abrir por las tardes a costa de los trabajadores me parece una vergüenza, es indignante», señala. Menéndez cree que es «una muestra más de la demagogia que muestran los políticos». «Los trabajadores están indignados», señala. «El futuro de esa gente es lo que nos preocupa. Y es lo que debería preocupar al Consejero».

José Antonio Sanchis Moll, ex gerente del HUCA, considera la medida «lógica». Según su opinión, hay dos formas de afrontar la ampliación de jornada. O bien trabajar un día en el que se tenía un permiso (como un moscoso) o bien prolongar la jornada por la tarde. «Como ya han quitado los moscosos, la única opción que queda es la segunda», señala.

Para él, la medida tiene dos objetivos: por un lado, «ampliar las consultas por la tarde», y, por el otro, «sustituir las llamadas peonadas -las jornadas especiales- por horario normal de trabajo». Ahora bien, asegura que «es un problema que hay que pactar, aunque hay poco margen de maniobra».