Oviedo, Santiago CID / Virginia B. ARDUENGO

Dentro de un contexto de crisis en el mercado editorial, dos iniciativas asturianas han conseguido abrirse paso en el sector. Una temática singular y atípica puede ser la causante de su éxito. Editorial Chessy y Satori Ediciones se dedican a la venta de productos monotemáticos. Por un lado, el ajedrez, y por el otro, la cultura japonesa.

Chessy empezó a funcionar en el año 2004, cuando su creador, Alfonso Romero Holmes, afincado en localidad asturiana de Santa Eulalia de Morcín, decidió recuperar la edición en castellano de libros clásicos de ajedrez. «Las ventas fueron buenas desde un principio. Lo peor fue adelantar la impresión y derechos de autor de los primeros libros», explica Romero, gran maestro de ajedrez -título máximo que otorga la Federación Internacional de Ajedrez-, a LA NUEVA ESPAÑA.

Por su parte, la editorial gijonesa Satori fue creada en el año 2007 por los asturianos Alfonso García Cabeza y Marián Bango Amorín, con el objetivo de dar a conocer la cultura japonesa al mundo hispanohablante a través de diferentes obras de autores de reconocido prestigio. «Empezamos muy despacio, publicando principalmente ensayo», subraya Bango. A partir de 2011, comenzaron a despegar, lanzando una colección sobre literatura de libros traducidos del japonés. «Somos dos apasionados de Japón desde que nacimos», añade. Sin embargo, no tenían en mente la idea de crear un negocio: «Era un pequeño proyecto, una ilusión», confiesa.

Chessy no solo ofrece libros, sino que sus clientes también pueden encontrar programas de ordenador y revistas de temática ajedrecística, además de material necesario para el uso del juego.

Romero reconoce que es una temática especializada, para un público muy fiel. «Es curioso observar que el ajedrez se adapta muy bien al libro y que hasta hace poco casi podía considerarse que había más libros editados de ajedrez que de todos los deportes juntos, al menos en España», explica el editor.

Satori edita ensayos de autores extranjeros y nacionales, además de obras literarias japonesas traducidas al castellano. Todos sus libros cuentan con un diseño «muy cuidado», pues tanto los lectores como los propios editores valoran al «libro como objeto». Bango asegura que en general, hay mucho interés por el país oriental. «Es una cultura tan diferente que nos sorprende», señala.

Ambas editoriales llevan sus productos más allá de las fronteras asturianas, pero no de igual manera. Chessy se extiende por Sudamérica, Estados Unidos, Brasil o Francia, por lo que la editorial decidió vender solamente a través de internet. Satori, por el contrario, no es una editorial exclusivamente virtual, sino que sus libros también se encuentran disponibles en diferentes comercios repartidos por todo el territorio nacional.

La presencia de cualquier empresa en las redes social es de vital importancia. La editorial ajedrecística cuenta con una cuenta en Facebook, ya que, según Romero, «todo ayuda», y la de temática japonesa, también está presente en esta red social, con una página que, según Bango, «nos ayuda a tener un contacto directo con los lectores, a tener un trato personal».

A pesar del auge del libro electrónico, ninguna de estas dos editoriales asturianas ha apostado por este formato. Sin embargo, el fundador de Chessy asegura que «el ajedrez, como libro técnico que es, se adaptaría muy bien», y los creadores de Satori no descartan hacer uso del e-book en un futuro: «Somos conscientes de que el libro electrónico puede ayudarnos a dar a conocer un poco más la cultura japonesa entre la gente».

La misión de Chessy no se queda tan sólo en trasladar al público aficionado las diferentes técnicas, estrategias y consejos útiles para el ajedrez, sino que también organiza los Premios Nacionales «Chessy» a la persona, club, institución y medio que más ha promocionado el ajedrez en ese año. La siguiente será la V Edición.

Al tratarse de una pequeña editorial, para los creadores de Satori resulta complicado destacar en las grandes librerías. Pero, «gracias a las ferias de libros, la gente se fija en nuestros productos», concluye.