Madrid, Efe

Más de ocho millones de escolares, previsiblemente, estudiarán en las enseñanzas generales no universitarias en este curso 2012-13 que comienza, en el que habrá reajustes organizativos y de plantillas debido a la reducción del gasto y del profesorado, y más carga lectiva y alumnado por aula, según la decisión de cada comunidad.

El presidente de la organización de padres de alumnos CEAPA, Jesús Sánchez, anuncia un comienzo «bastante complicado» en la escuela pública, pues esas medidas «perjudicarán» la calidad educativa, con «agravios» entre comunidades, aparte de la «incertidumbre» sobre convocatorias autonómicas de ayudas de libros de texto y de comedor escolar. El «caos» marcará el inicio escolar, añadido a la difícil situación económica, augura el sindicato CC OO, que denuncia un «ataque sin precedentes» a la educación pública y la igualdad de oportunidades.

El vicepresidente de los padres de COFAPA, José Manuel Prats, explica que, con la crisis, se da una «migración» de alumnos de la escuela privada a la concertada y de ésta a la pública, pues muchas familias deben replantearse el pago de cuotas, negociarlas con el colegio o pedir plaza en otro tipo de centros.

El Ministerio de Educación mantiene los programas de cooperación territorial que combaten el fracaso y abandono escolares y que fomentan el aprendizaje de idiomas, pero ha suprimido otros por «inviables» financieramente o, como «Educa 3» (de escolarización temprana), porque están «básicamente finalizados». Aparte de las reducciones presupuestarias estatales y autonómicas, el Gobierno central aprobó en abril un decreto ley de «mecanismos de flexibilidad» para que las autonomías, según consideren, puedan ahorrar, aunque sin perjudicar la calidad, según el Ministerio.

Entre las medidas, el tope de alumnos por aula en educación pública y concertada se incrementa un 20 por ciento de forma «coyuntural». Hasta ahora eran 25 como máximo en primaria y 30 en ESO. Y el profesorado de Infantil y Primaria tendrá que impartir temporalmente al menos 25 horas de clase semanalmente y 20 en el resto de enseñanzas (varias comunidades ya lo aplicaban). Las autonomías implantarán estas medidas de manera dispar.