Oviedo, E. G.

Educación generó en más de 40 años seis leyes del sector y toda una ensalada de siglas. Algunas de las leyes de Educación fueron efímeras, otras como la LOGSE hicieron historia. En algunos casos hubo leyes que convivieron. Lo que ayer aprobó el Gobierno como anteproyecto será la séptima, aunque se revista de reforma. Se llamará la LOMCE (Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa).

La primera ley educativa contemporánea llegó todavía en la dictadura. Fue la Ley General de Educación (LGE), aprobada en 1970, y especialmente importante porque fue la que estableció la obligatoriedad y gratuidad de la educación básica hasta los 14 años. Nacieron la EGB, el BUP y el COU.

En democracia, UCD llegó con su Ley Orgánica del Estatuto de Centros Escolares (LOECE). Nombre largo para vida corta. Reguló, entre otras cosas, la organización de los centros y las asociaciones de padres de alumnos.

El PSOE de Felipe González puso en marcha la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE), de 1985. Fue la ley que promovió un nuevo sistema de conciertos educativos, sobre todo en materia de admisión de alumnos.

En 1992 comenzó a aplicarse la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), que reguló la escolaridad obligatoria hasta los 16 años. Una obligatoriedad que, como se ve, tan sólo tiene dos décadas. Marcaba también el tope máximo por clase en 25 alumnos (antes se podía llegar a los 40).

Los ciclos académicos que hoy conocemos dentro de la vida escolar del niño nacieron con la LOGSE: Educación Infantil (0 a 6 años), Educación Primaria (6 a 12 años), Educación Secundaria Obligatoria -ESO- (de 12 a 16 años) y Bachillerato, ciclo no obligatorio que iba desde los 16 hasta los 18 años, mismo período en el que se puede cursar la Formación Profesional de grado medio.

La Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes (LOPEG) fue aprobada en 1995. No resultó fundamental. En 2002 fue aprobada la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE). Ya incluía una reválida al final del Bachillerato y la asignatura de Religión evaluable y computable.

El PSOE se la llevó por delante con la Ley Orgánica de Educación (LOE), hoy en vigor. Pero por poco tiempo.