Oviedo, P. R.

El Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) está preparado para continuar una huelga «larga y dura» si la Administración no negocia. «La modificación unilateral de nuestras condiciones laborales ha logrado poner en pie de guerra a toda la sanidad pública asturiana», declaró ayer Carlos Fernández Moro, presidente de atención primaria del sindicato.

Ayer, último día de paro de la primera fase de movilizaciones convocada por el SIMPA, en protesta por el nuevo modelo de jornada laboral implantado por el Principado, los responsables del sindicato hicieron una nueva llamada al diálogo, en una rueda de prensa en la sede del sindicato. «La Administración ya no tiene ninguna excusa para no negociar. Durante el pasado fin de semana hemos tenido los teléfonos abiertos y desde hoy y hasta el próximo día 23 seguiremos esperando. Hasta ahora, en las tres reuniones que hemos tenido con el Sespa jamás han negociado, se han limitado a escuchar y tomar nota», señaló Antonio Matador, secretario general del SIMPA. Matador hizo un balance positivo de la respuesta de los médicos, destacando la «importante incidencia» de la huelga, y señaló que los servicios mínimos se habían cumplido «escrupulosamente».

Si el Principado no negocia, los médicos volverán a parar -y en este caso, el conflicto no será parcial, como hasta ahora, sino de 24 horas, los días 24, 25, 26 y 29 de octubre.

Fernández Moro y Matador comparecieron junto a Ángel Colmeiro, presidente de atención especializada. Los tres pidieron disculpas a la población y agradecieron la comprensión que, según dijeron, les han manifestado muchos pacientes. Asimismo, denunciaron coacciones y amenazas por parte de la Administración sanitaria a varios facultativos que estaban en servicios mínimos y se declaraban en huelga, tratando de obligarles a hacer el cien por ciento del trabajo. En concreto, se refirieron a las recibidas por facultativos del Hospital de Cangas del Narcea y otros del Álvarez-Buylla de Mieres; a estos últimos incluso les amenazaron verbalmente con el despido.

Matador advirtió que esta actitud incumple la normativa sobre servicios mínimos del propio BOPA, que obliga a actuar durante el conflicto en situaciones en las que haya peligro para la vida de los pacientes, pero no en actividades ya programadas. «Una graduación de la vista no supone ningún riesgo vital», afirmó. Y añadió que los servicios jurídicos del sindicato están estudiando las coacciones recibidas para adoptar medidas.

Los médicos aportaron algunos datos a la que califican de «importante caída en la actividad sanitaria», sobre todo en actividad quirúrgica: en el Hospital de Jarrio se pospuso prácticamente el 100 por ciento; en Cangas del Narcea, el 75 por ciento; en Cabueñes, casi el 100 por ciento; en el San Agustín de Avilés, el 75 por ciento, y en el HUCA, entre el 50 y el 100%. En lo que respecta a atención primaria, los representantes del sindicato criticaron la imposición de servicios mínimos entre el 70 y el 100% en los centros de salud urbanos y de prácticamente el 100% en los rurales.

Propusieron, incluso, medidas para ahorrar los 15 millones que necesita ajustar Salud: prorratear esa cantidad entre todos los trabajadores del Sespa. «Quince millones se pueden ahorrar con facilidad», dijeron.

Fuentes de la Consejería informaron de que el seguimiento del paro en la jornada de ayer había sido el más bajo de todos los días: un 0,6 por ciento en atención primaria y el 7,2% en especializada. El dato ponderado de seguimiento en el conjunto de la sanidad pública asturiana fue del 5,1 por ciento.