Oviedo, E. G.
La Antología de Camín alumbra algunos de los versos más hermosos salidos de la inspiración de un escritor asturiano. Como muestra:
Conmigo (1956)
No me importa, buen amigo,
tener la tierra a distancia;
Asturias, desde la infancia,
va por aire y mar conmigo.
Van la panera y el trigo,
van la montaña y el llano;
el castaño y el manzano,
tonada, moza y cortejos;
tú cerca, la tienes lejos;
yo lejos, la tengo a mano.
Macorina (1931)
Veinte años y entre palmeras.
Los cuerpos como banderas.
Noche. Guateque. Danzón.
La orquesta marcaba un son
de selva ardiente y caprina.
El cielo, un gran frenesí.
Pon,
Ponme la mano aquí, Macorina.
Niebla (1961)
Amanecer en la niebla
del Valle. Un amanecer
en que se esfuma el contorno
y el cielo apenas se ve.
Abre la ciudad sus párpados,
pero los cierra después
que grita un tren en la niebla
y ya va lejos el tren...
La vaquiña (1943)
... Ojos azueles como los cielos,
pobres los zuecos,
pobre el refajo,
cuando se puede caldo de grelos.
sobre la senda, piedra y escajo.
Ramas de roble la moza estruja;
casi en los huesos pace la vaca;
junto al hocico salta una bruja,
sobre los cuernos
vuela una urraca...
La tonada del molino (1929)
Moza de La Robellada:
Desde el Molín de la Güera
vengo echando la tonada.
El que quiera
saber lo que yo te quiero,
libre está la carretera.
Pecho fuerte, diestra mano:
agua limpia en el reguero
que va de la cumbre al llano...
Caravana (1965)
Gitano: yo soy tu hermano.
Aunque te engañe mi porte,
soy un gitano del Norte
con hambre de mar lejano.
Lo mismo que a ti, gitano,
alguien me robó la cuna;
trashumante sin fortuna
y sin admitir controles,
camino bajo los soles
y acampo bajo la luna...