Torazo (Cabranes),

Mariola MENÉNDEZ

«Peculiar, extraordinariamente modesta, muy trabajadora, muy exacta, no le gustaba el primer plano, era una referencia importante, tuvo un prestigio filológico indiscutible y tuvo mucho protagonismo en que la Academia de la Llingua llegara a existir». Éstas fueron algunas de las palabras que la consejera de Estado y catedrática, Amelia Valcárcel, le dedicó a la escritora María Josefa Canellada en el homenaje que ayer le brindaron en su Torazo natal con motivo del centenario de su nacimiento, el 13 de noviembre de 1912. Durante el acto se descubrió una placa en la calle que lleva su nombre desde 1981.

Valcárcel destacó que su primer acercamiento a María Josefa Canellada, a la que conoció posteriormente, fue con la lectura de una de sus principales obras, «Montesín», que al igual que la presidenta de la Academia de la Llingua, Ana Cano, comparó con «Platero y yo», de Juan Ramón Jiménez. La obra de la cabranesa destaca por el uso culto del asturiano. Valcárcel, cuando era consejera de Cultura, propuso condecorar a Canellada con la «Medalla de Plata» de Asturias.

La actual consejera, Ana González, también destacó la figura de la filóloga, su defensa del asturiano, subrayando que «Montesín» es un referente y «un clásico contemporáneo». Ana Cano ensalzó su trayectoria calificándola como «una de las mujeres más importantes del siglo XX».

Resaltó su tesis doctoral sobre «El bable de Cabranes», que fue un estudio fundamental. «Es el arquetipo de alma auténtica», aseguró el alcalde, Alejandro Vega, recordando las palabras que en su día le dedicó el nobel Camilo José Cela en 1994, con motivo del homenaje que le brindó la Universidad Complutense de Madrid.