Oviedo, E. G.

Rubén Cabanilles se convirtió ayer en el primer español en ganar el premio anual que concede la «American Journal of Medical Genetics», la revista de referencia internacional en el campo de la genética. Ovetense, de 35 años, director médico del Instituto de Medicina Oncológica y Molecular de Asturias (IMOMA), estuvo ayer en el salón de actos del Colegio de Médicos, en Oviedo, muy bien acompañado, comenzando por el bioquímico Carlos López Otín, encargado de perfilar la personalidad «de un número 1».

El premio de la «American Journal of Medical Genetics» le llegó como primer firmante de un estudio publicado en noviembre de 2011 sobre el síndrome de Néstor y Guillermo, una nueva enfermedad de envejecimiento acelerado cuya causa genética fue descifrada en el laboratorio de López Otín. «Este premio va a dar visibilidad a esta enfermedad», parecida a la progeria más común, pero con singularidades. Los afectados se ven seriamente dañados por ese envejecimiento a cámara rápida en su piel, en sus huesos o en sus músculos, pero no -por ejemplo- en el aparato cardiovascular.

El estudio premiado es una «descripción clínica del síndrome, mediante una evaluación a todos los órganos», explicó Rubén Cabanilles a este periódico. Néstor es canario, Guillermo es madrileño. Llegaron a Asturias al hilo de las informaciones sobre las investigaciones del equipo de Otín sobre envejecimiento y lo hicieron con diagnósticos erróneos o simplemente sin diagnóstico. Ellos, con su iniciativa y con su fuerza vital, han dado nombre a su enfermedad, cuyo estudio estará colgado un año en la web de la revista. El editor de la «American Journal of Medical genetics», Mark Paalman, fue ayer el encargado de entregar la placa acreditativa, y el máximo representante del Instituto Nacional de Investigación Genómica del Área de Genética Médica de los Estados Unidos, Maximilian Muenke, de pronunciar la conferencia conmemorativa: «La genética en el siglo XXI: desde enfermedades raras hasta problemas de salud comunes».

Lo explicó Cabanilles: investigar en enfermedades raras no es una pérdida de tiempo ni dinero porque, entre otras cosas, puede tener repercusiones muy importantes en la lucha contra enfermedades mucho más frecuentes y generales.

Otín destacó el talento del ayer premiado, al que conoció siendo un crío de 14 años cuando apareció por su laboratorio en compañía de sus padres. Años después, Cabanilles lograría «una hazaña de dimensiones cósmicas: ser el número 1 de España del examen MIR».