Oviedo, E. G.

¿Qué hay detrás de la muerte súbita por fibrilación, una arritmia más que peligrosa? La pregunta se la hacían los cardiólogos del HUCA David Calvo y José Manuel Rubín en un estudio que fue premio a la mejor comunicación en el escenario de uno de los tres congresos internacionales sobre cardiología más importantes, en los Estados Unidos.

El estudio, cuya idea partió de Asturias, contó, entre otros, con el aval de José Jalife, director de uno de los grandes centros mundiales de investigación cardiológica, en la Universidad de Michigan, y con la participación de unidades del Hospital Río Ortega, de Valladolid; Gregorio Marañón, de Madrid, y del Instituto de Bioingeniería Aplicada al Ser Humano, de la Politécnica de Valencia.

«La fibrilación es tan letal como desconocida», explicaba ayer a este periódico David Calvo. «Aún no sabemos qué es lo que la genera». Hay dos grandes corrientes de pensamiento al respecto. La primera es la teoría del «caos cardiaco», «pero nosotros pensamos», dice Calvo, «que detrás de ese caos eléctrico tiene que haber algo responsable». Es la diferencia entre la fibrilación como causa y como consecuencia.

El área de Gestión Clínica del Corazón del HUCA, dirigida por José Luis Lambert, termina el año en forma, porque un estudio firmado desde Asturias sobre detección de diabetes fue el mejor artículo publicado en la «Revista Española de Cardiología» en 2012. Está suscrito por trece facultativos del centro hospitalario asturiano, aunque alguno de ellos, como es el caso de José Manuel García Ruiz, está destinado en otras entidades. García Ruiz trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), dirigido por Valentín Fuster. La Sociedad Española de Cardiología concedió, igualmente, una beca a un proyecto sobre biomarcadores epigenéticos en el seguimiento inmunológico de pacientes trasplantados.