Oviedo, M. S. M. / Agencias

La teoría de que los últimos neandertales vivieron en la Península Ibérica al mismo tiempo que los humanos modernos, los Homo sapiens, ha vuelto a ser refutada, esta vez por un estudio internacional realizado por investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y publicado en «Proceedings of the National Academy of Sciences».

La propuesta no es nueva. Hace algunos meses, David Santamaría, historiador de la Universidad de Oviedo y uno de los investigadores del yacimiento neandertal del Sidrón (Piloña) ya defendió en una revolucionaria tesis que «neandertales y sapiens nunca coincidieron en la península Ibérica», lo que contradice todas las teorías sobre la evolución humana y la influencia de nuestra especie en la extinción de los neandertales.

Ahora, la investigación del equipo formado por científicos de la UNED, junto a investigadores de distintas universidades avala la propuesta de Santamaría, pionera en su momento.

El equipo que firma el nuevo estudio, formado por científicos de la Universidad de Oxford (Reino Unido), la Universidad Nacional de Australia, UNED (Madrid), Universidad de La Laguna (Tenerife), Museo Arqueológico de Lucena (Córdoba) y del Museo Nacional de Historia Natural (París), aplicó una técnica más moderna de radiocarbono para repetir los análisis en lugares de Jarama VI (Guadalajara) y Zafarraya (Málaga) considerados hasta ahora dos de los últimos refugios de los neandertales ibéricos.

El nuevo método, más fiable y sensible a la contaminación, ofrece unas dataciones cronológicas que demuestran que la ocupación neandertal no duró hasta tan tarde como se pensaba anteriormente, sino que se debe colocar en el tiempo más atrás de hace 45.000 años.

«Es improbable que los últimos neandertales del centro y el sur de Iberia hayan persistido hasta una fecha tan tardía», afirma Jesús F. Jordá, investigador del departamento de Prehistoria y Arqueología de la UNED y coautor del estudio, en referencia a las teorías existentes hasta ahora que fijan la presencia de los últimos neandertales en el sur de la península Ibérica hasta hace 30.000 años. David Santamaría ya había adelantado en su tesis los problemas del carbono 14, que ofrece dataciones poco precisas que rejuvenecen los fósiles.

Los nuevos análisis se aplicaron a restos óseos con señales claras de manipulación humana recogidas en numerosos yacimientos del Sur, pero sólo dieron resultado los de Jarama VI y Zafarraya, puesto que el resto de muestras no contenían colágeno suficiente para obtener una fecha. Jordá sostiene que los nuevos datos obligan a revisar los libros sobre la Prehistoria, porque la tesis de que «neandertales y sapiens no coexistieron en la península Ibérica se acepta cada vez más».