Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

«Una carrera contra el reloj». Así fue definida ayer por los médicos una intervención quirúrgica practicada en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) el pasado mes de agosto, que salvó la vida a una niña afectada por una leucemia. A causa de la caída de defensas originada por la quimioterapia, a la paciente le había surgido una infección por hongos en uno de sus pulmones. La infección -muy infrecuente- había obligado a interrumpir el tratamiento de la leucemia. Se imponía buscar una técnica que propiciara una recuperación rápida, de modo que la quimioterapia pudiera ser reanudada cuanto antes. Los médicos del HUCA diseñaron «una intervención personalizada», según los miembros del equipo. Tan personalizada que era la primera vez que se llevaba a cabo en el mundo. La operación fue un éxito, y la recuperación, «extraordinariamente rápida y sin dolor», indicaron los facultativos. Hoy, seis meses más tarde, la leucemia parece superada.

Alrededor de siete horas y media duró la intervención, ejecutada por un equipo multidisciplinar dirigido por el cirujano torácico Javier Aragón, e integrado por la anestesista Lorena Varela y la hematóloga María del Pilar Palomo, con la colaboración de enfermeros de quirófano y cirujanos pediátricos. Los tres primeros comparecieron ayer ante los medios de comunicación para dar a conocer los detalles de este nuevo avance médico.

Los especialistas optaron por una videocirugía torácica, una técnica mínimamente invasiva que suele ser empleada para abordar tumores pulmonares y que en España sólo se desarrollaba -en el momento de la intervención- en el HUCA y en el Hospital Juan Canalejo de La Coruña. En este caso, los médicos del Central la llevaron a efecto con una única incisión de cuatro centímetros que sirvió tanto para introducir el bisturí y los restantes dispositivos quirúrgicos como para extraer los fragmentos de pulmón extirpados.

La paciente tenía un desarrollo morfológico que correspondía al de una niña de 8 años, aunque su edad real era algo superior (los facultativos no han querido desvelar ningún dato personal). La innovación es doble: por un lado, el equipo del HUCA ha sido el primero en utilizar esta intervención en un niño (en adultos ya existían precedentes); y, por otro, por vez primera se ha aplicado esta técnica a una lesión de esta naturaleza. El perfeccionamiento progresivo del procedimiento ha llevado al servicio de cirugía torácica del HUCA a impartir cursos a cirujanos de todo el mundo.

«La operación tenía una complejidad adicional, porque los hongos estaban localizados entre dos lóbulos pulmonares, y no podíamos permitirnos quitarle dos lóbulos, y porque estaban muy pegados a los vasos sanguíneos», explicó el doctor Aragón, quien finalmente hubo de extirpar un lóbulo pulmonar y parte de otro, y no tuvo que separar ninguna costilla. El cirujano subrayó la importancia que en este caso revestía la función del anestesista, quien tenía que diseñar una técnica «perfecta» tanto para dormir a la paciente como para mitigar el dolor postoperatorio.

Lorena Varela indicó que la paciente entró en el quirófano «muy debilitada» a causa de su enfermedad y que el procedimiento quirúrgico seleccionado y la anestesia administrada permitieron «una recuperación mucho más rápida y menos dolorosa que si hubiéramos hecho una operación abierta». De hecho, agregó la doctora Varela, la niña era capaz de caminar al cabo de dos semanas. Una cirugía convencional habría requerido, al menos, dos meses de recuperación y el recurso a analgésicos más potentes.

La evolución posterior de la paciente ha sido «muy satisfactoria», indicó María del Pilar Palomo. Los ciclos de quimioterapia pudieron reanudarse un mes después de la intervención. En el momento actual, la leucemia está en una fase de «remisión completa», afirmó la doctora Palomo, quien precisó que, de no haberse llevado a cabo la intervención, «el tratamiento con quimioterapia se habría visto muy limitado».