Los menores de 3 años en situación de desamparo no tendrán que pasar por una institución como viene ocurriendo ahora, se integrarán en «familias de urgencia», que darán «acogimiento profesionalizado» en los casos en los que sea necesario. En España existen 35.000 menores bajo tutela o guardia -314 de ellos en Asturias- y, sin embargo, muchas de las familias que quieren adoptar deben hacerlo fuera.

El Plan de Infancia y Adolescencia establece la creación de la figura de la «guarda con fines de adopción», que posibilitará, por ejemplo, que un bebé dado en adopción por su madre biológica nada más nacer pase directamente a vivir con una familia, aunque la definitiva la decida el juez.

Las modalidades de acogimiento pasan de las tres actuales -simple, permanente y preadoptivo- a dos: temporal y permanente.

La política de anteponer el acogimiento familiar se fundamenta en la comprobación médico-científica de que al menor le ayuda mucho más formarse «en un contexto de relaciones sociales-familiares».

Uno de los objetivos de esta nueva ley, que se debatirá con las comunidades autónomas, es unificar los criterios de selección de las familias de acogida, crear redes de apoyo tanto para la familia biológica que no pueda mantener al menor como para la que acoge, y se potenciará la especialización y formación de las familias adoptantes.

Asimismo se establecen las denominadas «adopciones abiertas», en las que el menor puede conservar «ciertos vínculos» con su familia biológica.