En los momentos difíciles, cuando la necesidad aprieta, los ciudadanos muestran su cara más solidaria para construir una sociedad más justa. Es la idea que, uno tras otro, repitieron ayer en sus discursos autoridades y galardonados en los Premios Solidarios Once Asturias que se entregaron en el auditorio de Oviedo bajo la presidencia de la Princesa de Asturias, en su primera visita institucional en solitario a la región.

Apeló también a esa solidaridad ciudadana el representante del Gobierno central en el acto -el secretario de Estado de Servicios Sociales, Juan Manuel Moreno-, quien animó a marcar la casilla del 0,7 para fines sociales en la declaración de la renta. Rosa Fernández, representante del colectivo de amigos y familiares de la UTE de Villabona, puso la nota reivindicativa al denunciar de forma contundente el «acoso y derribo» al que estaría sometido el programa. La Radio Televisión del Principado, el padre Ángel, el Ayuntamiento de Avilés y el grupo Alimerka completan la nómina de premiados.

La gala consiguió congregar a representantes de la mayor parte de los grupos políticos con representación en Asturias -no es habitual ver a IU en actos en los que interviene la Corona, pero ahí estaba el portavoz del grupo parlamentario, Ángel González- y también destacados miembros de diferentes sectores de la sociedad asturiana, como el arzobispo Jesús Sanz; el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Ignacio Vidau; el presidente de los hosteleros, José Antonio Almeida; la presidenta de Nuevo Futuro, Ana Escudero, y el delegado de Defensa, Baldomero Argüelles, entre otros.

Comenzó a las doce y media del mediodía cuando la Princesa hizo su entrada en la sala de cámara del Auditorio arropada por el presidente del Principado, Javier Fernández; el alcalde de Oviedo, Agustín Iglesias Caunedo, y el presidente de la Once, Miguel Carballeda. Minutos antes habían departido en un breve encuentro. Un vídeo que destacaba la importancia de los pequeños gestos y la convicción de que la solidaridad se puede medir en tiempo, no sólo en dinero, dio paso a los discursos. Álvaro Santos, el presentador del sorteo del cupón en la tele, condujo la entrega de los galardones.

Iglesias Caunedo, el anfitrión, tomó la palabra en primer lugar. Barrió para casa -«el Auditorio es el escenario más universal de una ciudad tolerante y abierta»- y cuando terminó con los deberes abrazó los valores de la Corona. «Alteza, sabe cuáles son nuestros sentimientos y valores, acuda cuantas veces mejor», dijo dirigiéndose a doña Letizia. Por último, frente al «resfriado mundial» por la crisis, el alcalde de Oviedo se mostró encantado de que se contagie otro tipo de resfriado «más benigno e inspirador», como el solidario.

El jovencísimo Manuel Lastra, mitad asturiano, mitad mexicano, sirvió de hilo al discurso del presidente de la Once, Miguel Carballeda. Lo citó como ejemplo de superación: sus dos hermanos trillizos gozan de buena salud, y él padece ceguera. Ahora es la cabeza visible de las asociaciones de ciegos en América latina. «Recogemos cada día la solidaridad ciudadana para crear oportunidades. Hoy toca reconocer ese esfuerzo en tiempos difíciles. Que continúe la ilusión», apuntó.

«Es una ola que está arrasando con la indiferencia». Así de orgulloso del papel solidario de la sociedad española se mostró el secretario de Estado de Bienestar Social, que no se quedó sólo en los adjetivos. «Los españoles nos sentimos más cerca los unos de los otros y este país suma ya 4,2 millones de voluntarios. Además, 6 millones de ciudadanos están en riesgo de exclusión. La casilla del 0,7 solidario sirve para ayudar a más de 400 ONG que atienden a 25 millones de personas. Los 203 millones de euros que se obtienen al marcar esta casilla en la declaración de la renta se van a incrementar en 7 millones. España se crece en la adversidad», manifestó. En la misma línea de optimismo, el representante del Gobierno de Mariano Rajoy en el acto de ayer concluyó que este espíritu ciudadano «es capaz de conseguir todo lo que se proponga».

Por su parte, el presidente del Principado, Javier Fernández, optó por un discurso combativo contra la injusticia social. «Me atrevo a decir hoy aquí que nos conjuremos contra la indiferencia, el nihilismo y el olvido; que no permitamos, ni por acción ni por omisión, que se derriben las paredes maestras que sostienen este modelo social abierto e inclusivo donde todos tenemos cabida. Ese es mi ruego», sentenció. Fernández dedicó unas palabras a los galardonados. Felicitó a la RTVPA «por haber acreditado su disposición y capacidad informativa para atender las situaciones de vulnerabilidad»; a la UTE de Villabona por ser «ejemplo ético de convicción humanista profunda»; al padre Ángel, «amigo, que tan bien encarna en su biografía esa honda fe en la humanidad»; a Alimerka, por probar «que el riesgo, la innovación y la iniciativa son conciliables con la sensibilidad social y la integración», y al Ayuntamiento de Avilés, «porque enseña que esas virtudes encajan en las instituciones».

Los discursos dieron paso a la entrega de los galardones. Rosa Fernández García, presidenta de la Asociación de Amigos y Familiares de la UTE Villabona, denunció el proceso de «acoso y derribo al que viene siendo sometido el proyecto de la UTE desde hace un año». Acusó directamente a la dirección de la penitenciaría y a la Secretaría de Instituciones Penitenciarias. «La están vaciando de contenido hasta hacerla desaparecer. Que pare esa sinrazón antes de que la situación se convierta en irreversible», rogó. El público respondió con un sonoro aplauso.

El director general de la RTPA, Antonio Virgili, agradeció un premio «que anima a seguir trabajando con honestidad» y que considera «inmerecido» porque «reconoce algo que es nuestra obligación». El padre Ángel dijo que se sentía «emocionado, feliz y nervioso» por el premio. El sacerdote mierense, fundador de Mensajeros de la Paz, también se dirigió a Letizia: «Como la reina, madre de los desfavorecidos, usted es ya la princesa solidaria: lo dicen muchas personas». Concluyó su agradecimiento con unas palabras del Papa Francisco: «A todos ustedes quiero enviar la bendición, creyentes y no creyentes, porque todos somos hijos de Dios». El director de la Fundación Alimerka, Antonio Blanco Prieto, fue el encargado de recoger el premio solidario. Habló de las «historias de vida» que hay detrás de las personas que contratan dentro de un programa de empleo a personas con síndrome de Down. «Es un premio inesperado que nos hace recordar historias de vida: siempre las hay», manifestó. Una idea «sencilla y profunda» es la que desarrolla desde 2009 el Ayuntamiento de Avilés para contratar a personas «con especiales dificultades de acceso al empleo», señaló la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela. En este marco, la Administración local ha contratado desde entonces 167 personas, 50 de ellas con algún tipo de discapacidad.

La Princesa cerró el acto felicitando a los premiados por comprometerse en la mejora de la calidad de vida de las personas con discapacidad. «Gracias por vuestro esfuerzo. Y enhorabuena por este reconocimiento. Doña Letizia animó a todos a seguir «con una labor imprescindible».