El desarrollo de un hígado a partir de células madre iPS que ha logrado un grupo de investigadores japoneses, liderado por Takanori Tabeke es «un gran avance», en opinión de Ignacio González-Pinto, director del programa de trasplantes hepáticos del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), aunque el especialista advierte que su aplicación, de cara al futuro, «no está muy clara».

«El hígado es un órgano con una estructura de conductos biliares y de vasos muy complejo. Su desarrollo es mucho más complicado que la creación de ese órgano», añade.

La investigación del grupo japonés, publicada en Nature, señala que un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Ciudad de Yokohama han conseguido generar por primera vez «un órgano humano tridimensional vascularizado», es decir un hígado a partir de cultivos de células madre pluripotentes inducidas iPS y han comprobado su funcionamiento en ratones. Además de estas células, los científicos también combinaron células endoteliales derivadas del cordón umbilical y células madre mesenquimales derivadas de la médula ósea.

El propio Takebe avanzó que la aplicación clínica de esta técnica, que podría suponer un nuevo tipo de tratamiento para los enfermos hepáticos que mueren antes de que llegue el trasplante, tardará unos díez años. Los científicos deberán demostrar que los riesgos no superan a los beneficios del implante.

«La mayoría de los enfermos hepáticos que mueren no lo hacen por la falta de un trasplante sino porque sus células no funcionan, al estar atrapadas en una masa fibrosa causada por tumores o por cirrosis. Ahora bien, si se puede llegar a hacer un hígado entero en el futuro con toda su estructura, eso evitaría el rechazo y la necesidad de los inmunosupresores, y sería un gran avance», subraya González-Pinto.

El especialista añade que, de aquí a diez años, cuando se puede utilizar clinicamente este hígado, tal vez la mayoría de las enfermedades que causan las dolencias hepáticas, principalmente las de de carácter vírico o tóxico, hayan desaparecido. «Probablemente en un futuro no hagan falta tantos hígados para trasplantes», afirma.