Londres / Oviedo,

Agencias / J. P. CAYUELA

La primera hamburguesa «probeta» fue presentada al mundo ayer en Londres por los responsables del proyecto «Cultured Beef» (Carne Cultivada), un equipo de científicos holandeses de la Universidad de Maastrich que la ha desarrollado artificialmente en un laboratorio partiendo de células madre vacunas.

La investigación fue financiada por el Gobierno holandés y Sergey Brin, uno de los fundadores de Google, que aportó 250.000 euros y será de los primeros en probar la hamburguesa, de 140 gramos, que ha costado más de 289.500 euros. El proceso que ha durado cinco años es todavía largo y caro pero los científicos aseguraron que la que se comieron ayer se «fabricó» en tres meses, «más rápido que una vaca» bromeó Mark Post, jefe de los investigadores, que aseguró que se comercializará en un plazo de 10 a 20 años.

Post resaltó que, actualmente, se está utilizando un 70 por ciento de toda la capacidad agrícola para cultivar carne a través de la ganadería por lo que «es necesario crear alternativas, porque sino la carne se convertirá en un alimento de lujo y acabará siendo muy caro». Según el investigador la hamburguesa logró reducir en un 90 por ciento la necesidad de tierra y agua para producir el alimento y un 70 por ciento de la energía total que se habría empleado en el caso de una «burger» natural por lo que promete una alternativa viable y ecológica a la ganadería intensiva.

Los investigadores explicaron que, en crudo, es una carne gris con una textura resbaladiza similar a la del calamar. Post, aseguró que ya están trabajando para mejorar la fórmula para darle un aspecto más «auténtico» y «natural». El equipo está tratando de darle un color rojo y de añadirle células de grasa para mejorar el sabor que «todavía no es lo bastante bueno», dijo Post.

De este modo la innovadora pieza de carne dista todavía mucho de ser una «delicatessen», la experta alimentaria Hanni Rutzler una de los dos primeros afortunados en catar la hamburguesa señaló que «su sabor es más suave» que la de la tradicional y que le faltaba «sal y pimienta» fallo que hay que atribuirle al chef británico Richard McGowan, el elegido para cocinar el alimento en su presentación.

Los creadores de la hamburguesa destacaron la alternativa que supone para los colectivos contrarios al consumo de carne por el sufrimiento de los animales en mataderos y granjas. Como la organización en defensa de los animales, PETA, que celebró el «alumbramiento» de esta «carne 3.0» .

Por último no sabemos si los niños del futuro sabrán que es una vaca, si ya muchos desconocen de donde vienen los huevos o el jamón este descubrimiento no hace más que poner distancia entre nuestra mesa y la naturaleza que nos sirve.

Londres / Oviedo,

Agencias / J. P. C

El recorrido del trozo de carne empleado en la presentación de ayer ha sido largo aunque no hay tenido que pasar por el matadero.

Antes de que el reputado chef Richard McGowan la cocinara, la hamburguesa ha pasado por un proceso que nació de los músculos de una vaca de los que se obtuvieron células madre. Éstas se incubaron en un caldo nutriente y se le añadieron sustancias químicas para acelerar su crecimiento y se multiplicaran muchas veces.

Después de tres semanas de proceso continuado, obtuvieron más de un millón de células madre que fueron apartadas en pequeños recipientes donde se fusionaron hasta formar minúsculas tiras de músculo, un tejido pegajoso con la consistencia del huevo cocido de aproximadamente un centímetro de largo y varios milímetros de ancho.

Una vez conseguidas 20.000 de estas tiras, se congelaron para más tarde convertirlas en la masa compacta de hamburguesa que se cocinó y degustó en Londres.