Antón García, escritor y colaborador habitual de LA NUEVA ESPAÑA, se apuntó hace algunos años a la crítica cuando comenzó con las colaboraciones en el suplemento «Cultura» de este periódico. Habitual de la poesía, el ensayo y la novela, García confesó ayer que, como lector, tiene opinión, pero como crítico está más cerca de Dámaso Alonso, porque sólo tiene juicio como lector. «Es el género en el que más inseguro me siento», subrayó ayer durante la presentación de «Na cuerda floxa», un volumen que recoge sus colaboraciones en revistas y periódicos, la mayor parte de ellas en LA NUEVA ESPAÑA.

Como había hecho con anterioridad el también crítico y escritor José Ángel Gayol -encargado de presentar el libro junto a Samuel Castro, de Ediciones Trabe-, Antón García rompió una lanza en favor de la crítica en asturiano, una ausencia que Gayol también lamentó y a la que buscó explicación refiriéndose a la falta de atención en los medios escritos a la literatura en asturiano, con excepción, dijo, de las reseñas de Antón García en La NUEVA ESPAÑA.

Subrayó, además, su compromiso con la literatura de la tierra y lo describió como un crítico «descriptivo, que reparte algún palo, pero en general apuesta por la opinión y la referencia». También mencionó la «oportunidad y calidad» del libro, «una puerta al recorrido literario de estos últimos años».

Para Antón García, los textos que reúne en «Na cuerda floxa» pueden calificarse de «impresiones», un trabajo que le sorprendió al verlo reunido. «Me di cuenta de que hay un hilo conductor y que responde a un sistema», comentó.