Oviedo, M. S. MARQUÉS

Javier Fortea volvió ayer a la Universidad de Oviedo en la memoria de cuantos acudieron a la presentación del libro "Javier Fortea Pérez. Universitatis Ovetensis Magister" con el que se rindió en el Aula Magna un "homenaje merecido" al profesor y arqueólogo fallecido hace poco más de cuatro años.

Discípulos, alumnos, amigos, colaboradores y familiares participaron en un acto en el que el catedrático de Prehistoria de la Universidad del País Vasco, Ignacio Barandiarán, vistió "el traje de las bodas" para homenajear y evocar la figura de un gran amigo. Porque ambos eran buenos amigos y sobre todo estudiosos que podían pasar horas discutiendo, poniendo en común sus puntos de vista sobre una pieza o una pintura prehistórica. "He aprendido mucho de Javier Fortea por su amistad y por su generosidad", comentó el veterano profesor, que citó los dos últimos artículos de Fortea referidos al arte rupestre, "que me producen envidia" -dijo- por el rigor y la sabiduría que destilaba en sus aportaciones al conocimiento de la Prehistoria.

Jorge Fernández Bustillo, ex consejero de Cultura del Principado, que se prestó a participar en la presentación por la amistad que lo unía al arqueólogo fallecido, no dudó en reconocer que la presencia de Barandiarán sería lo primero que Fortea hubiera elegido para el acto "si tales milagros fueran posibles". Después se detuvo en el entusiasmo, la entereza y el esfuerzo que reunía para llevar a cabo su trabajo. Y contó el día en que retrasó la vuelta de una cueva más de lo habitual. "Llegó tarde pero exultante. Traía en las manos unos trapos manchados de arcilla de los que sacó fragmentos de distintos huesos de un esqueleto humano. Estaba entusiasmado y a mí lo único que se me ocurrió fue decirle: "Llamarás a la Consejería, no?" "Primero llamaré a Barandiarán, luego ya se verá", respondió. Bustillo citó otros episodios antes de describirlo como "franco, valiente y entero", cualidades que el libro pone de manifiesto junto a su talla intelectual y profesional, afirmó.

Adolfo Rodríguez Asensio, profesor de Prehistoria, arqueólogo y actual director de Patrimonio, conjugó ambas facetas porque en las dos tuvo relación con Fortea, de quien dijo que dejó buena huella en la Universidad de Oviedo, donde fueron compañeros treinta años, y en la Consejería de Cultura. "Conozco su insistencia, aplomo y paciencia para encontrar respuestas, y sé que "el patrimonio le debe mucho, más allá de su magnífica colección de fotografías".

Cerró el acto el rector Vicente Gotor agradeciendo al profesor fallecido haber llevado el nombre de la Universidad de Oviedo fuera de nuestras fronteras. "Si Fortea pudiese leer el libro que se le dedica, se sentiría orgulloso de un legado que contiene años de amistad y respeto", comentó. El volumen, coordinado por el profesor Marco de la Rasilla y publicado por Ménsula, recibió ayer innumerables elogios tanto por el contenido científico como por la calidad del diseño y la edición.