Entre 18 y 20 enfermos de cáncer de mama, tumores digestivos y linfomas entrarán hoy -seguramente a su pesar- en la pequeña historia de la región al convertirse en los pacientes que estrenarán el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) construido en los terrenos ovetenses de La Cadellada.

La inauguración real del recinto sanitario se produce casi 26 años después de que la idea fuera esbozada verbalmente por vez primera, en marzo de 1988, por José Simón, a la sazón director general del Insalud, cuando le presentaron un proyecto de reforma de la Residencia Sanitaria Nuestra Señora de Covadonga que costaba 6.217 millones de pesetas (algo más de 37 millones de euros). Las obras del nuevo HUCA comenzaron el 7 de junio de 2005 y disponían de un plazo de 54 meses para su ejecución. En consecuencia, el inicio de la actividad llega con unos cuatro años de retraso con relación a lo inicialmente previsto.

Los citados enfermos, todos ellos del servicio de oncología radioterápica, acudirán al nuevo HUCA bien para verificar la precisión de los tratamientos que ya han recibido, bien para planificar las sesiones a las que serán sometidos en las próximas semanas. Si nada se tuerce, los tratamientos propiamente dichos con los aceleradores lineales darán comienzo el próximo lunes.

Las autoridades sanitarias de la región reiteraron ayer -en una presentación del proceso de traslado a los medios de comunicación- que, tras un proceso gradual, el complejo sanitario estará totalmente trasladado el próximo 30 de junio. Previamente, todos los servicios del centro habrán estado funcionando sin pacientes durante un tiempo.

A lo largo de algunas semanas, la plantilla del HUCA estará distribuida -más o menos a partes iguales- entre el edificio viejo y el nuevo. Los ingresos en el hospital del barrio del Cristo serán ralentizados -a base de derivar enfermos a servicios de urgencias de otros hospitales- hasta que en el edificio sólo queden 150 ó 200 enfermos, que serán los trasladados de un recinto a otro en un fin de semana o tres días como máximo.

El consejero de Sanidad del Principado, Faustino Blanco, quiso estar acompañado de todo el equipo directivo del área sanitaria de Oviedo para explicar los pormenores del cambio de edificio. "Está siendo un proceso profundamente participativo: han intervenido unas 400 personas con responsabilidades concretas", explicó Jaime Rabanal, gerente del área de Oviedo. afirmación corroborada por Manuel Matallanas, director de la Oficina del Cambio del HUCA.

A partir de la próxima semana iniciarán su actividad, de forma progresiva, los cuatro aceleradores lineales -tres de ellos de nueva adquisición- con los que estará dotado el hospital. En el capítulo de costes, las autoridades sanitarias aseguraron que el precio final del edificio no ha experimentado aumento alguno (295,8 millones de euros), cuantía a la que hay que sumar unos 93,5 millones en equipamientos. Frente al criterio seguido antaño por el Presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, el consejero de Sanidad optó ayer por excluir de la factura los gastos en informatización y urbanización del entorno del complejo. Sumando estos conceptos, seguramente la suma final rondaría los 500 millones de euros.

Los responsables del HUCA enfatizaron que los cambios introducidos en el proyecto en los últimos meses -por ejemplo, para habilitar despachos destinados a gestión al dedicar a investigación el pabellón del antiguo Hospital Psiquiátrico que ha sido reconstruido- "no son imprevisiones, sino mejoras" que no se salen del presupuesto previsto gracias al ahorro conseguido en el capítulo de equipamiento.