"Pasaremos de un hospital con cerca de 100 puertas a uno con 7: o sea, que es otro hospital". Con estas cifras, Jaime Rabanal, gerente del área sanitaria de Oviedo y, por consiguiente, máximo responsable del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), quiso poner ayer de manifiesto el vuelco que supone el traslado de un recinto a otro. En cifras exactas, el viejo HUCA es el resultado de un amasijo de 17 edificios que suman 123 puertas. Pos sus laberínticos pasillos, algunos celadores se ven obligados a caminar hasta 12 kilómetros diarios.

El nuevo hospital también es muy grande. Sus dotaciones equivalen a las de una ciudad de unos 15.000 habitantes. Unos 500 metros pueden llegar a separar una esquina de otra. Sin embargo, al tratarse de un edificio integrado, se le atribuye una funcionalidad muy superior a la del actual.