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El valor de dos adolescentes difíciles

Mhand Agoultim, de 20 años, y Jonathan Landeta, de 21, fueron jóvenes en peligro de exclusión y hoy son educadores sociales auxiliares en el mismo centro que les formó

Jonathan Landeta y Mhand Agoultim, en uno de los talleres de Vinjoy. , Nacho Orejas

Son menores a punto de cruzar la línea roja y llegan a la Fundación Vinjoy con gran déficit de herramientas sociales y educativas. Allí les ayudan a encontrar un camino y un itinerario laboral que les permita relacionarse con los demas sin violencia, sin odio y sin miedo. Algunos se convierten en alumnos aventajados y consiguen un contrato en prácticas para formar a los que llegan. "Se trata de dar respuestas nuevas a situaciones nuevas", afirma Adolfo Rivas, director de Vinjoy.

"¿Qué haces tu aquí?" le espetó el director de un instituto ovetense a Jonathan Landeta cuando le vio aparecer en el centro como educador social auxiliar, dispuesto a dar una charla a los alumnos. "¿Tú, educador?", le dijo. Ver la cara de sorpresa del director y de algunos de los profesores todavía hace sonreír al joven. Y tiene explicación. Él fue un alumno difícil, un adolescente en situación de riesgo, uno de esos que puede hacer que la clase se convierta en un infierno.

"Sacaba buenas notas, pero tenía problemas personales, ellos intentaron ayudarme pero yo veía a todo el mundo en mi contra", explica a LA NUEVA ESPAÑA.

Jonathan Landeta es uno de los veinte menores atendidos dentro del programa "Puente" de la Fundación Vinjoy, institución que viene desarrollando en los últimos años varios proyectos de trabajo con adolescentes con graves trastornos de comportamiento, en colaboración con el Gobierno regional. Durante el periodo de formación quiso tirar la toalla "muchas veces", pero los educadores le ayudaron a superar esos momentos. "Me decían que tenía herramientas, me enseñaron conceptos, como la empatía, la colaboración, la cooperación. Nunca pensé en ser educador, pero ahora quiero seguir preparándome y ayudando a los que lo necesiten", explica.

Responde rápido a la pregunta de qué aprendió en "Puente": "Valores y, sobre todo, que siempre hay salida. Creía que nadie se interesaba por nosotros y he comprobado que no es así, ahora me gustaría poder dar a otros en mi antigua situación lo que me dieron a mi", relata.

Pedro Antuña, trabajador social, responsable de los tres programas de intervención socieducativa de la Fundación Vinjoy, dirigidos a este tipo de adolescentes -"Trampolín", Formación Ocupacional y Apoyo Formativo (PCPIs) y el ya citado "Puente"- afirma que "el reto es trabajar con los menores con este tipo de comportamiento en la edad de la adolescencia". ¿Cómo llegan a desarrollar este tipo de conductas? "La familia es muy importante, yo diría que fundamental, pero no todos proceden de entornos desestructurados", señala.

Agresividad, alcohol y otras drogas, vagancia y una sexualidad muy activa son algunos de las características de estos perfiles adolescentes. Algunos llegan a esta situación por maltrato, otros, como los menores extranjeros no acompañados (los "MENA") por el sueño de una vida mejor. Conviene no olvidar, advierte Pedro Antuña, que son "unos nenos".

"A los niños pequeños los protegemos y de los adolescentes nos protegemos. La adolescencia es un momento de paso, antes era una etapa que prácticamente no existía, ahora cada vez es más extensa y complicada. Y si a eso, sumamos la cada vez más tardía incorporación al trabajo, todo influye", indica.

Mhand Agoultim, marroquí, llegó con 15 años a Asturias. Ahora tiene 20. Muy reservado a la hora de hablar de sus circunstancias personales, explica que en su país se decía que, en España, se vivía muy bien y que había trabajo para todos. Fue un "MENA", conoció varios centros de menores, hizo cursos de carpintería y soldador, hasta que llegó al programa. Se convirtió, junto a Jonathan Landeta, en alumno aventajado. Ahora estudia ESO en la Escuela de Adultos del Fontán, en Oviedo, y habla con pasión de su nueva responsabilidad como auxiliar educativo.

"En los centros en los que residí, estuve con muchos educadores pero nunca me puse en su papel y ahora se lo interesante que puede ser trabajar con los jóvenes como lo hicieron conmigo", dice en un buen español.

¿Cómo ayudarles? "Necesitan alguien que haya vivido esa experiencia, que les entienda", responde.

"En el país de origen construyen un proyecto de emigración y, cuando llegan, el mito se rompe. Es bueno que lo reconstruyan de nuevo, tienen mucha energía, muchas ganas de trabajar y de ganar dinero", subraya Pedro Antuña.

Jonathan y Mhand trabajan en equipo con la educadora social Andrea Iglesias. "Su colaboración es positiva y muy enriquecedora. Nosotros conocemos la teoría pero no tenemos por qué conocer los distintos ámbitos, además los adolescentes y los jóvenes cambian muy rápido. Te dan un plus, saben lo que sucede, conocen el lenguaje, aportan frescura y otro tipo de conocimiento que no se aprende", indica.

"Trampolín" fue el primer programa de Vinjoy dirigido a menores con graves trastornos de comportamiento, que trata de dar una respuesta combinada con el centro educativo de origen. Han pasado por él unos 70 menores (sólo tres chicas) y "Puente" nació, según explica Adolfo Rivas, director gerente de la Fundación, como "paraguas" del anterior, dirigido a menores en riesgo y desde el apoyo no escolar. "En el ADN de Vinjoy está el compromiso radical con la dignidad de la persona y el trabajo socioeducativo y una de nuestras prioridades, ahora, son los menores en riesgo. Son nuestros niños y estamos logrando que el 90% de los chavales salgan adelante".

Mhand Agoultim

Llegó con 15 años a Asturias, procedente del sur de Marruecos, de una familia con "muchos hermanos" a la que visita todos los veranos. Fue un "MENA", conoció varios centros de menores hasta que cumplió los 18 años. Ahora tiene 20, ha logrado un contrato en formación, estudia para continuar haciéndolo, vive en un piso compartido y tiene amigos asturianos.

Jonathan Landeta

Nació en Ecuador hace 21 años y lleva 14 en Oviedo. "He pasado por momentos, por cosas", dice cuando se le pregunta por los motivos que le llevaron al programa. Su familia retornó al país de origen a causa de la crisis. Él decidió quedarse cuando le propusieron su nueva tarea. Vive de alquiler en una habitación. "Quiero formarme más", afirma.

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