Ante un cuadro como el de la paciente donostiarra afectada por un cáncer que le tenía carcomido el fémur, Alejandro Braña podía optar por la solución convencional: amputarle la pierna entera, desde la ingle, quitándole también la articulación de la cadera. En ese caso sería posible una prótesis biónica, pero esta solución "tiene una movilidad muy limitada, se sujeta con dificultad y muchos enfermos terminan por descartarla". Como alternativa, el traumatólogo -en la imagen, junto al esquema dibujado por él mismo- optó por una solución novedosa: extraer el fémur y, en ese espacio vacío, colocar la mitad inferior de la pierna -tibia y peroné- después de haberla girado 180 grados. Para sujetar este fémur improvisado a la cadera se recurre a una prótesis. La intervención podrá ser completada a corto plazo con otra prótesis de la rodilla hacia abajo.