En veinticuatro horas puede haber conclusión. Educación y sindicatos docentes abordarán entre hoy y mañana las conversaciones definitivas para perfilar el nuevo acuerdo de interinos que vendrá a sustituir al actual, que data de 2005 y que, por cierto, sólo fue suscrito por dos de los sindicatos de la Junta de Personal.

Las cartas están sobre la mesa. Educación propuso que los baremos de las oposiciones docentes den un 50% de la nota a las calificaciones conseguidas en el examen, un 30% a la antigüedad y experiencia laboral y un 20% a otros méritos académicos y profesionales.

Los sindicatos lo rechazan y, aunque no lo han hecho oficialmente, piden que, al menos, la antigüedad y la nota del examen se equiparen, por ejemplo, en un cuarenta por ciento.

La primera reunión de la mesa sectorial, la pasada semana, sirvió para perfilar el campo de juego. La Consejería quiere abrir ese campo a nuevos titulados, ya que al dar menos peso a la experiencia laboral a la hora de calcular la nota final de oposición los nuevos aspirantes tienen más posibilidades.

La nómina del verano

Los sindicatos defienden a sus asociados, los interinos que ya están trabajando o que tienen muchas posibilidades de subirse al carro laboral. En Asturias, bastantes más de 2.000.

En esa primera toma de contacto entre el Principado y los sindicatos la Administración se mostró abierta a negociar los porcentajes de baremación. Los representantes de los trabajadores también pidieron que en el acuerdo de interinos se consolidara el cobro de la nómina durante los dos meses de verano a partir de los 165 días trabajados.

También se pide algún tipo de blindaje para favorecer a los profesores asturianos en las oposiciones de Asturias, y la posibilidad de intercambiar destino en el mismo Cuerpo y especialidad para facilitar la conciliación laboral.

Todo ello en medio de una nueva crisis en el seno de la Junta de Personal Docente, al borde de la ruptura. Hay sindicatos que acusan a otros de romper la unidad e ir por libre. Todos están de acuerdo, sin embargo, en no querer las oposiciones docentes para este año (51 plazas), aunque la convocatoria es un hecho.