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Javier Álvarez, recitales a domicilio

El cantante, número uno a mediados de los noventa, aprovechó su minigira entre admiradores para grabar un videoclip en San Claudio

Javier Álvarez es un cantautor en innovación constante. Triunfó plenamente a mediados de los noventa con "La edad del porvenir". Tiempos en que le llegó el triunfo absoluto dominando listas de éxitos. Pero Álvarez es eso, innovación, buscador de lo nuevo, de lo distinto. Se maneja bien en este mundillo. Y para eso hay que tener los pies en el suelo y saber asimilar el éxito viajando a otros destinos, otras modalidades para alargar, dar virtud y disfrutar la carrera de un cantante. No en vano salió de tocar en la calle, de Londres al Retiro de Madrid y al metro. Ahora es una de las referencias como intérprete de discos sin disco o, mejor, de tocar un disco para un público reducido, pero sin un formato físico o digital. Es una modalidad ya extendida en las grandes ciudades que consiste en ir prácticamente a domicilio u otros recintos pequeños y cantar las canciones que tiene dispuestas en ese disco tan imaginario como real que Javier Álvarez lo ha bautizado como "A".

Hace un par de días lo hizo en Sama, también en Cangas de Onís y ayer en Oviedo, donde aprovechó para grabar con Tito Montes un videoclip en localizaciones de San Claudio.

Esta forma de tocar tiene que ver con el sol, con el crepúsculo y con los ventanales del lugar que se implican ese momento solar.

"Es algo con lo que empecé en 2010", dice Javier Álvarez a LA NUEVA ESPAÑA minutos antes de arrancar su nueva sesión ovetense mientras toma un café en una terraza del barrio de Llamaquique en espera de otro músico de la escena asturiana, Javier Vallina, "Bueno".

En esas sesiones donde certifica en vivo su disco "A", Javier Álvarez suele acudir ante un grupo de personas muy interesadas en degustar in situ, íntimamente, y evocar esta música de voz y guitarra: "Es un disco desenchufado en el término más amplio de la palabra", matiza Álvarez, ya que "se trata de que todo el recinto de la casa esté desconectado de la corriente eléctrica. Sólo intervienen voz y guitarra. Ésta es la filosofía de este disco tan íntimo "que físicamente no existe ni va a existir. Es un trabajo sólo para la puesta del sol", puntualiza el cantante.

De lo que es "A", de su concepto, da buena cuenta Javier Álvarez en su blog. "Como novedad", dice respecto al disco, "y ciñéndome a la cruda realidad de los tiempos que corren, no pienso grabarlo, primero porque no hay dinero y luego porque es dificilísimo buscar algo que no encuentres en la red. De momento estoy mostrándome en "petit comité" e insisto en hacerlo antes de que el sol se ponga o en el atardecer mismo...".

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