El plan para reducir la ocupación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) está saliendo tan redondo que, por el momento, ni siquiera ha sido necesario ponerlo en marcha. Anteayer, lunes, se iniciaba el proceso de desvío de pacientes a otros centros con el fin de evitar ingresos y así rebajar de forma paulatina la cifra de hospitalizados. Cirugía vascular es la especialidad a la que se aplica este mecanismo en el propio servicio de urgencias del HUCA. Pues bien, ni el lunes ni el martes llegó al Central paciente alguno demandando la asistencia de los médicos de esta disciplina. A los que acudan en los próximos días se les derivará a los hospitales gijoneses de Cabueñes o Jove.

A partir del próximo lunes, esta misma estrategia de derivación será aplicada a los enfermos que requieran ingreso en las áreas de psiquiatría, traumatología, hematología y urología. De forma progresiva, la derivación irá siendo extendida a otras especialidades. El servicio de urgencias del viejo HUCA será cerrado a las ocho de la mañana del sábado 14 de junio, y a esa misma hora abrirán las urgencias del nuevo HUCA. Los enfermos que aún permanezcan ingresados para entonces -unos 200, según las previsiones- serán trasladados entre el sábado 14 y el martes 17. Fuentes del HUCA aseguraron ayer que el proceso de vaciamiento del HUCA avanza "según las previsiones".

Con respecto a la polémica con el Ayuntamiento de Oviedo por el retraso en la construcción de uno de los viales que conducen al nuevo Hospital, el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, declaró ayer en Gijón que "no creo que haya ninguna dificultad, nada que pueda producir ningún caos ni perjuicio si lo comparamos con el gran beneficio que supone poner ese hospital en marcha".