La "educación de excelencia e internacional" como herramienta fundamental para lograr una sociedad más culta, más libre y más igualitaria. Los miembros del jurado del premio de Cooperación Internacional han querido ensalzar todos estos valores al conceder el "Príncipe" al programa Fulbright de becas, diseñado en 1946 por el senador estadounidense James William Fulbright para "mejorar y estrechar los lazos y el mutuo entendimiento entre los ciudadanos del mundo".

"Mi experiencia es que la educación es la base del desarrollo en todos los países. Ayuda a las personas pobres a tener dignidad y fomenta la igualdad. Ademas, es fundamental en el problema de la violencia de género: cuando la educación aumenta, el maltrato disminuye. Por eso creo que éste es un buen premio", declaraba a LA NUEVA ESPAÑA Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer, que participaba por primera vez en el jurado.

Algo más de 300.000 personas de más de 150 países se han beneficiado de las becas. En España, el programa se creó en 1958 y, desde entonces, unos 5.500 estudiantes españoles y más de 2.300 estadounidenses han estudiado con esta ayuda. Cuarenta y cuatro premios Nobel, seis "Príncipe de Asturias" -el escultor Richard Serra y el banquero de los microcréditos Muhammad Yunus, entre ellos- y 86 "Pulitzer". La financiación procede, principalmente, del Congreso de los Estados Unidos, aunque también cuenta con el apoyo de entidades públicas y privadas y con la de los estados participantes.

Entre los becarios Fulbright españoles figuran Javier Solana, exsecretario general de la OTAN; Mercedes Babé, directora de Cruz Roja Española; Montserrat Domínguez, directora del "Huffington Post" en España; la escritora Ana María Matute, premio "Cervantes"; la editora Elena Ochoa; el microbiólogo y director de la Universidad Menéndez y Pelayo, César Nombela, y José Manuel Borja Villel, director del Museo Reina Sofía. "Todo el trabajo y formación académica que pueda tener se debe a la Fulbright", declaraba ayer Borja Villel. El Príncipe de Asturias aceptó, en 1993, una beca honorífica Fulbright cuando estudió un máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown (Washington).

La candidatura fue propuesta por los embajadores James Costos, de Estados Unidos en España, y Ramón Gil-Casares, de España en Estados Unidos, y fue apoyada, entre otros, por Pedro Alonso, director del Centro de Investigación en Salud de Manhiça (Mozambique) y miembro del jurado, y Peter Gruss, presidente de la Sociedad Max Planck.

"Al igual que como profesional de la sanidad creo en el papel clave de la salud, la otra clave social es la educación. La organización Fulbright no es sólo educación y educación sin fronteras, es educación de excelencia, y en nuestro país ese mensaje es importante", afirmó Pedro Alonso.

La Embajada de los Estados Unidos a través de un portavoz se declaró ayer "emocionada" y "honrada" por el galardón. El programa Fulbright es un potente instrumento de diplomacia pública que facilita intercambios entre ciudadanos de Estados Unidos y de más de 150 países.

Por otra parte, el director ejecutivo de la Comisión Fulbright en España, Alberto López San Miguel, calificó de "gran reconocimiento" el galardón. "Los premios 'Príncipe de Asturias' tienen un gran prestigio a nivel mundial, al igual que el programa Fulbright. Dos buenas marcas cuando se unen multiplican, por lo tanto yo creo que el premio va a ser fantástico para el programa", afirmó.

Tom Healy, presidente del consejo de becas, se declaró "complacido y honrado" de aceptar el "prestigioso" premio.

¿Quién recogerá el galardón? Gustavo Suárez Pertierra, presidente del jurado, hacia una propuesta: "Tiene que decidirlo la institución, pero yo vería muy bien una representación significativa de los premiados de sus 65 años de historia, entre ellos muchos españoles, que han podido estudiar en universidades de excelencia".