La Universidad de Barcelona prevé concentrar sus diecinueve facultades actuales en sólo diez y reducir hasta el 50 por ciento sus 106 centros, según la reforma de estructuras y organización administrativa presentada ayer por su rector, Dídac Ramírez.

Aunque esta reforma implicaría un coste inicial de casi trece millones de euros, el equipo rector estima que permitiría aumentar la recaudación al evitar duplicidades, mejorar los planes de investigación, aumentar la captación de alumnos extranjeros y ahorrar en complementos académicos de los docentes.

Ramírez subrayó que esta nueva organización no implicará la desaparición de ninguna carrera, "no tiene ninguna finalidad de reducción del personal" y "en ningún caso afectará al número de la plantilla, ni del profesorado, ni del Personal de Administración y Servicios (PAS)".