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Un disparate educativo

Profesores y profesionales califican de "ilógica" y "ridícula" la medida andaluza que prohíbe a los docentes recomendar libros de apoyo

Un disparate educativo

La prohibición de la Consejería de Educación de Andalucía a los profesores de la enseñanza pública de recomendar la compra de libros de apoyo o de lectura a los alumnos, para evitar la discriminación de las familias más pobres, que no disponen de dinero para adquirirlos, se considera "ilógica", "ridícula" y un "disparate" por los profesores y profesionales consultados por LA NUEVA ESPAÑA.

"Es política, no es una decisión educativa. El mero hecho de que en un titular se escriba que las autoridades educativas limitan el acceso a libros no es bueno, ya necesitas explicarlo. El apoyo a la lectura en comunidades como Andalucía y Asturias, donde los hábitos de lectura son mejorables, es necesario. Discriminar el acceso a la cultura porque es elitista es ilógico", afirma Juan Carlos San Pedro, decano de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad de Oviedo.

Y añade: "Va contra la autonomía del docente, y si tenemos que mejorar en algo es en dar autonomía a centros y docentes para que desarrollen su labor. Medidas así, de corte global, lo que hacen es impedirlo", concluye San Pedro .

A la librera M.ª Jesús Polledo le cuesta "muchísimo" creer la noticia. "Es un disparate, la Junta debería asumir el coste para la biblioteca de aula". "Las bibliotecas deben dotarse, tanto las municipales como las del propio colegio. Aquí, en Oviedo, algunos centros que son clientes nuestros, compran un cierto numero de ejemplares de los libros recomendados, dependiendo del número de alumnos. Los centros suelen disponer de unos diez libros para uso de sus estudiantes".

Sin embargo, la propietaria de la librería Polledo cree que "a veces los títulos que recomiendan no responden a los intereses de los niños, hay que tener unos límites de lectura, hay que recomendar libros que sirvan para algo". El caso le sorprende aún más teniendo en cuenta que "las bibliotecas andaluzas estaban dotadísimas, con unos presupuestos altísimos hasta hace poco", añade.

El profesor de Filología de la Universidad de Oviedo y escritor Xulio Viejo también se muestra sorprendido por la prohibición, ya que la recomendación de libros forma parte de la labor pedagógica de los profesores. "Es absurdo, entra en conflicto con la libertad de cátedra. Un maestro debe tener un margen de libertad razonable en cuanto a elección de los materiales. Siempre y cuando esté dentro de unos límites, la obligación de la Administración es garantizar que cualquier alumno tenga igualdad de acceso a los materiales, ya sea en la biblioteca del centro o en una municipal", agrega .

"La idea tiende a que la igualdad sea por la ignorancia, en el caso de que existiera el riesgo de que alguien no pudiera comprar el libro, la Administración debe facilitar el acceso a él", indica Milio Rodríguez Cueto, profesor de Secundaria y escritor.

"En Asturias, muchos centros educativos disponen de hasta 20 o 30 ejemplares de las lecturas que piden a los alumnos. Normalmente, las que se aconsejan son siempre de fácil acceso en las bibliotecas públicas", subraya.

"El docente ignora las medidas ridículas", añade.

La afirmación de Rodríguez la confirma Gerardo G. P., maestro de Primaria de 28 años, que los dos últimos años trabajó en varios colegios de la provincia de Granada y ha sorteado la prohibición de la Junta mediante reuniones con las asociaciones de padres y madres para "consensuar" las maneras de usar materiales de apoyo sin que "fuera un problema para ningún alumno".

"Intentar dar la mayor ayuda a los alumnos es una cuestión de ética personal", asegura el maestro granadino.

El profesor Milio Rodríguez también cree que los programas de gratuidad de los libros o cheques-libro, pese a ser muy recientes, se interpretaron rápidamente como un derecho por parte de algunos padres. Entiende la medida andaluza como una manera de impedir que los padres exijan nuevos gastos a la Junta. "La Administración andaluza es muy complaciente con el votante. Administraciones que antes no tenían problemas en regalar cosas, ahora ya se lo piensan dos veces".

En su opinión, algunos gobiernos "acostumbraron a la gente a estos cheques. Ahora se han reducido, pero anteriormente se lo daban a todo el mundo, a gente que tenía unos ingresos realmente generosos. Ahora, ya no y entonces la gente protesta. No quieren generar nuevas expectativas, sino recortar las ayudas anteriores", remata el profesor gijonés.

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