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Puerto Rico, cien años muy asturianos

La Casa de España cumple un siglo, enmarcado entre su impulsor, el piloñés Álvarez Nava, y su actual presidente, José de Santiago, de origen valdesano

Antonio Álvarez Nava.

Entre dos asturianos, uno de nacimiento, otro de origen familiar, se enmarcan los cien años de la historia de la Casa de España en Puerto Rico, que se han cumplido hace apenas unas semanas. El primero, el impulsor del proyecto, se llamaba Antonio Álvarez Nava, había nacido en 1868 en Torín (Piloña) y está enterrado en el cementerio de Villamayor. El último, por ahora, se llama José de Santiago. Nació en San Juan de Puerto Rico, en 1954, pero sus raíces están aquí, en Asturias. Lo comprueba cada año, cuando regresa a este Norte del que un día partió su abuelo a hacer fortuna en el Caribe. Le fue bien.

El edificio de la Casa de España en Puerto Rico fue levantado en 1936, pero la institución había comenzado a funcionar en 1914 a partir del tradicional Casino que ejercía de punto de encuentro de la colonia española en el país. Casino y Casa de España convivieron durante dos décadas aprovechando las mismas instalaciones.

La Casa de España tuvo veinticuatro presidentes en cien años, aunque alguno repitió mandato en distintos periodos. José de Santiago, lista en mano, menciona al menos a nueve asturianos en el cargo presidencial. El primero, Cecilio Morán; después, Segundo Cadierno, allandés. José de Santiago, que está estos días en Asturias, se incluye en la lista: su padre, de Valdés; su esposa, de Pola de Allande.

Los cien años de la institución sirvieron para recuperar la figura de aquel piloñés que se licenció en Derecho por la Universidad de Oviedo en 1891 y llegó a Puerto Rico dos años más tarde. Antonio Álvarez Nava fue presidente del Casino Español y el gran defensor de la idea de la Casa de España. Querido y respetado entre sus compañeros de emigración, Álvarez Nava murió joven, a los 54 años, en Barcelona. En aquel 1922 había mandado construir al arquitecto Manuel del Busto una casa indiana en Villamayor que nunca pudo disfrutar.

"La Casa de España la fundaron nuestros abuelos y nosotros seguimos ahí, aunque la institución amplió muchísimo su abanico. Ya no se trata de abuelos y nietos, sino de cualquier español que pase por la isla", dice José de Santiago. Aquellas generaciones pioneras fueron herederas del trauma que supuso el desastre del 98. "Puerto Rico pasa a ser parte de los Estados Unidos y los españoles emigraron sin salir de su país. De repente, aquella tierra que pisaban dejó de ser la suya".

Hay un Centro Asturiano dentro de la Casa de España. José de Santiago calcula que "habrá en Puerto Rico un cuarto de millón de habitantes que tienen algún origen asturiano". La Casa de España tiene unos 4.000 afiliados y unos 180 socios con cuota. Del número total de esos afiliados, una cuarta parte aproximadamente tiene raíces familiares en Asturias. Son ciudadanos que provienen de antiguos éxodos emigrantes que afectaron sobre todo a municipios de la zona central asturiana y del Occidente. Mucho piloñés, mucho allandés y mucho valdesano. El origen migratorio más importante fue el asturiano.

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